martes, abril 29, 2008

MARANATA – CRISTO VIENE


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¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE!
¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)


Anunciad su Venida-UN FUNDAMENTO FIRME

Anunciad su Venida - 29 de abril

UN FUNDAMENTO FIRME

Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. (2 Tim. 2: 19).

El Señor tendrá un pueblo tan leal como el acero y de fe tan firme como el granito. Sus miembros han de ser sus testigos en el mundo, instrumentos que han de realizar una obra especial y gloriosa en el día de su preparación. . .

Los ministros que han predicado la verdad con todo celo y fervor pueden apostatar y unirse a las filas de nuestros enemigos; acaso ¿transforma esto la verdad de Dios en mentira? "Pero -dice el apóstol- el fundamento de Dios está firme". . . Pueden cambiar la fe y los sentimientos de los hombres; pero nunca la verdad de Dios. . .

Es tan cierto que tenemos la verdad como que Dios vive; y Satanás, con todas sus artes y todo su poder infernal, no puede cambiar la verdad de Dios en mentira. Aunque el gran adversario procure anular hasta lo sumo la Palabra de Dios, la verdad fulgurará como una lámpara encendida.

El Señor nos ha elegido, y nos ha hecho objetos de su misericordia maravillosa. ¿Nos dejaremos hechizar por las charlas de los apóstatas? ¿Nos colocaremos de parte de Satanás y de su hueste? ¿Nos uniremos con los transgresores de la ley de Dios? Sea más bien nuestra oración: "Señor, pon enemistad entre mí y la serpiente". Si no estamos en enemistad con sus obras tenebrosas, nos circundarán sus poderosos brazos, y su aguijón estará listo para penetrar en cualquier momento hasta nuestro corazón. Debemos tenerle por enemigo mortal. Debemos oponernos a él en nombre de Cristo. Nuestra obra consiste en seguir adelante. Debemos defender cada pulgada de terreno. Todos los que llevan el nombre de Cristo revístanse de la armadura de justicia.

Ha llegado el tiempo cuando debemos saber por nosotros mismos por qué creemos lo que creemos. . . Debemos estar revestidos de la justicia de Cristo si queremos permanecer firmes frente a la iniquidad que prevalece. Debemos mostrar nuestra fe por medio de nuestras obras. Pongamos un buen fundamento para el porvenir, a fin de que podamos asirnos de la vida eterna. Debemos trabajar, no con nuestra propia fuerza, sino con la fortaleza de nuestro resucitado Salvador. ¿Qué estamos dispuestos a hacer por Jesús? 126

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domingo, abril 27, 2008

Anunciad su Venida-CELO EQUIVOCADO

Anunciad su Venida - 28 de abril

CELO EQUIVOCADO

Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. (Rom. 10: 2).

Hay un celo ruidoso, sin objeto ni propósito, que no obra de acuerdo con el conocimiento, sino que actúa ciegamente y, como resultado, destruye. No es el celo cristiano, pues éste se rige por principios y no es esporádico. Es ferviente, profundo y fuerte, embarga toda el alma y pone en ejercicio la sensibilidad moral. Para él, la salvación de las almas y los intereses del reino de Dios son asuntos de la más alta importancia. ¿Qué objeto hay que exija mayor fervor que la salvación de las almas y la gloria de Dios? Hay en esto consideraciones que no se pueden pasar por alto livianamente. Son de tanto peso como la eternidad. Los destinos eternos están en juego. Hombres y mujeres se deciden para bien o para mal. El celo cristiano no se agotará en palabrerías, sino que será sensible y actuará con vigor y eficiencia. Sin embargo, el celo cristiano inducirá a orar fervientemente y con humildad, y a la fidelidad en los deberes del hogar. En el círculo del hogar se verá la amabilidad y el amor, la benevolencia y la compasión, que son siempre frutos del celo cristiano. . .

¡Oh, cuán pocos aprecian el valor de las almas! ¡Cuán pocos están dispuestos a sacrificarse para llevar almas al conocimiento de Cristo! Se habla mucho, se profesa gran amor por las almas que perecen, pero el hablar cuesta poco. Lo que se necesita es ferviente celo cristiano, un celo que se manifiesta en obras. Todos deben trabajar ahora para sí mismos, y cuando tengan a Jesús en su corazón, lo confesarán a otros. Más fácil es impedir que las aguas del Niágara se despeñen por las cataratas, que impedir a un alma poseedora de Cristo que lo confiese.

La vida eterna debiera despertar el más profundo interés de todo cristiano. ¡Ser colaborador de Cristo y de los ángeles celestiales en el gran plan de salvación! ¿Qué obra puede compararse con ésta? De toda alma salvada asciende a Dios una ofrenda de gloria que se refleja sobre el salvado y sobre el que fue instrumento para su salvación. 125

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Anunciad su Venida-UNA VIDA DOBLE


 

Anunciad su Venida - 27 de abril

UNA VIDA DOBLE

Nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1: 3).

Nada es más necesario en nuestro trabajo que los resultados prácticos de la comunión con Dios. Debemos mostrar con nuestra vida diaria que tenemos paz y descanso en el Salvador. Su paz en el corazón se reflejará en el rostro. Dará a la voz un poder persuasivo. La comunión con Dios ennoblecerá el carácter y la vida. Los hombres verán que hemos estado con Jesús como lo notaron en los primeros discípulos. Esto comunicará al obrero un poder que ninguna otra cosa puede dar. No debe permitir que cosa alguna lo prive de este poder.

Hemos de vivir una vida doble: Una vida de pensamiento y de acción, de silenciosa oración y fervoroso trabajo.

Todos los que están en la escuela de Dios necesitan de una hora tranquila para la meditación, a solas consigo mismos, con la naturaleza y con Dios. . . Cada uno de nosotros ha de oír la voz de Dios hablar a su corazón. Cuando toda otra voz calla, y tranquilos en su presencia esperamos, el silencio del alma hace más perceptible la voz de Dios. Él nos dice: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" (Salmo 46: 10). Esta es la preparación eficaz para toda labor para Dios. En medio de la presurosa muchedumbre y de las intensas actividades de la vida, el que así se refrigera se verá envuelto en un ambiente de luz y paz. Recibirá nuevo caudal de fuerza física y mental. Su vida exhalará fragancia y dará prueba de un poder divino que alcanzará a los corazones de los hombres.

Muchos, aun en sus momentos de devoción, no reciben la bendición de la verdadera comunión con Dios. Están demasiado apremiados. Con pasos presurosos penetran en la amorosa presencia de Cristo y se detienen tal vez un momento dentro de ese recinto sagrado, mas no esperan consejo. No tienen tiempo para permanecer con el divino Maestro. Vuelven con sus preocupaciones al trabajo.

Estos obreros jamás podrán lograr el mayor éxito hasta que aprendan cuál es el secreto de la fuerza. Tienen que dedicar tiempo a pensar, orar, esperar que Dios renueve su poder físico, mental y espiritual. Necesitan la influencia elevadora de su Espíritu. Al recibirla, serán vivificados con nueva vida. El cuerpo gastado y el cerebro cansado se refrescarán, y el corazón abrumado se aliviará. 124

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sábado, abril 26, 2008

Anunciad su Venida-TODOS NUESTROS TESOROS PARA DIOS

Anunciad su Venida - 26 de abril

TODOS NUESTROS TESOROS PARA DIOS

De gracia recibisteis, dad de gracia. (Mat. 10: 8).

Todo lo que los hombres reciben de la bondad de Dios, sigue perteneciendo a Dios. Todo lo que él nos ha otorgado. . . ha sido colocado en nuestras manos para probarnos, para medir la profundidad de nuestro amor hacia él y nuestro aprecio por sus favores. Tanto los tesoros de las riquezas como los del intelecto, han de ser puestos como ofrenda voluntaria a los pies de Jesús.

Al dar a sus discípulos la orden de ir por "todo el mundo" y predicar "el evangelio a toda criatura", Cristo asignó a los hombres una tarea: La de sembrar el conocimiento de su gracia. Pero mientras algunos salen al campo a predicar, otros le obedecen sosteniendo su obra en la tierra por medio de sus ofrendas.

No todos pueden hacer grandes ofrendas ni cumplir hechos extraordinarios; pero cada cual puede practicar el renunciamiento y manifestar el desinterés del Salvador. Los hay que pueden traer dones abundantes al Señor; otros pueden dar sólo un pequeño óbolo; pero el Señor acepta todo don hecho con sinceridad.

Muchos se sorprenderán al ver cuánto podrían economizar para la causa de Dios mediante actos de renunciamiento. Las sumitas ahorradas por actos de sacrificio contribuirán más para edificar la causa de Dios que las donaciones cuantiosas que no son el fruto de la abnegación.

La generosidad es el espíritu del cielo. El abnegado amor de Cristo se reveló en la cruz. El dio todo lo que poseía y se dio a sí mismo para que el hombre pudiese salvarse. La cruz de Cristo es un llamamiento a la generosidad de todo discípulo del Salvador. El principio que proclama es de dar, dar siempre. . . El principio de la gente del mundo es: Ganar, ganar siempre. . .

La luz del Evangelio que irradia de la cruz de Cristo condena el egoísmo y estimula la generosidad. . . Muchos de los hijos de Dios están en peligro de dejarse prender en la trampa de la mundanalidad y la avaricia. Deberían comprender que es la misericordia divina la que multiplica las solicitudes de recursos. . . Hace así del hombre su intermediario para distribuir sus bendiciones en la tierra. Dios ha establecido el sistema de la beneficencia para que el hombre pueda llegar a ser semejante a su Creador, de carácter generoso y desinteresado, y para que al fin pueda participar con Cristo de una eterna y gloriosa recompensa. 123

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viernes, abril 25, 2008

Anunciad su Venida-¿POR QUÉ HAY TANTOS OCIOSOS?

Anunciad su Venida - 25 de abril

¿POR QUÉ HAY TANTOS OCIOSOS?

Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hech. 1: 8).

En la comisión dada a los primeros discípulos, se hallan incluidos los creyentes de todas las edades. Todo el que aceptó el Evangelio, recibió una verdad sagrada para impartirla al mundo. El pueblo fiel de Dios fue siempre constituido por misioneros activos, que consagraban sus recursos al honor de su nombre y usaban sabiamente sus talentos en su servicio. . .

Los miembros de la iglesia de Dios deben ser celosos de buenas obras, renunciar a las ambiciones mundanales, y caminar en los pasos de Aquel que anduvo haciendo bienes. Con corazones llenos de simpatía y compasión, han de ministrar a los que necesitan ayuda, y comunicar a los pecadores el conocimiento del amor del Salvador. Semejante trabajo requiere empeñoso esfuerzo, pero produce una rica recompensa. Los que se dedican a él con sinceridad de propósito verán almas ganadas para el Salvador. . .

"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven" (Apoc. 22: 17). A toda la iglesia incumbe el deber de dar esta invitación. Todo el que la ha oído ha de hacer repercutir este mensaje por valles y montes: "Ven". . .

Cientos, sí, miles que han oído el mensaje de salvación, están todavía ociosos en la plaza, cuando podrían estar empleados en algún ramo de servicio activo. A los tales Cristo les dice: "¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?" y añade: "Id también vosotros a la viña" (Mat. 20: 6, 7). ¿Por qué muchos más no responden al llamado? ¿Es porque se consideran excusados por el hecho de no predicar desde el púlpito? Ojalá entiendan que hay una obra que debe hacerse fuera del púlpito, por miles de consagrados miembros laicos.

Largo tiempo ha esperado Dios que el espíritu de servicio se posesione de la iglesia entera, de suerte que cada miembro trabaje por él según su capacidad. Cuando los miembros de la iglesia de Dios efectúen su labor señalada en los campos menesterosos de su país y del extranjero, en cumplimiento de la comisión evangélica, pronto será amonestado el mundo entero, y el Señor Jesús volverá a la tierra con poder y grande gloria. "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mat. 24: 14). 122

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miércoles, abril 23, 2008

Anunciad su Venida-UNA OBRA PARA TODAS LAS EDADES

Anunciad su Venida - 24 de abril

UNA OBRA PARA TODAS LAS EDADES

Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. (1 Juan 2: 14).

Hay muchas maneras en las cuales la juventud puede encontrar oportunidad para un esfuerzo útil. . .

En esta obra final del Evangelio hay un vasto campo que ha de ser ocupado; y, más que nunca antes, la obra consiste en alistar ayudantes entre la gente común. Tanto los jóvenes como los mayores serán llamados del campo, de la viña y del taller y enviados por el Maestro para dar su mensaje. Muchos de éstos pueden haber tenido muy poca oportunidad para educarse, pero Cristo ve en ellos cualidades que los capacitarán para cumplir su propósito. Si ellos ponen sus corazones en la obra y continúan aprendiendo, él los preparará para trabajar por él.

Sean muchos o pocos vuestros talentos, recordad que lo que tenéis es sólo un depósito que se os ha confiado. Dios os está probando de esta manera y os da la oportunidad de demostrar vuestra fidelidad. . . A él pertenecen las facultades de vuestro cuerpo, vuestra mente y vuestra alma, y para él deben ser usadas. Vuestro tiempo, vuestra influencia, vuestra capacidad, vuestras habilidades: de todo deberéis dar cuenta a Aquel que lo da todo.

El joven que halla gozo y felicidad en leer la Palabra de Dios y en la hora de la oración, es constantemente refrescado por las corrientes de la Fuente de la vida. Alcanzará una altura de excelencia moral y una amplitud de pensamiento que otros no pueden concebir. La comunión con Dios estimula los buenos pensamientos, las aspiraciones nobles, la percepción clara de la verdad, y los elevados propósitos de acción. Los que así ponen sus almas en comunión con Dios son reconocidos por él como sus hijos e hijas. Se elevan cada vez más, obteniendo visiones más claras de Dios y de la eternidad, hasta que Dios hace de ellos conductos de luz y de sabiduría para el mundo.

Con semejante ejército de obreros, como el que nuestros jóvenes, bien preparados, podría proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir! ¡Cuán pronto vendría el fin: El fin del sufrimiento, del dolor y del pecado! 121

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martes, abril 22, 2008

Anunciad su Venida-LA JUVENTUD, INSTRUMENTO DE DIOS

Anunciad su Venida - 23 de abril

LA JUVENTUD, INSTRUMENTO DE DIOS

Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. (Lam. 3: 27).

Dios llama a los jóvenes en el vigor y la fuerza de su juventud a compartir con él la abnegación, el sacrificio y el sufrimiento. Si aceptan el llamado, los convertirá en instrumentos suyos para salvar las almas por las cuales murió. Pero quiere que consideren el costo y asuman su obra con pleno conocimiento de las condiciones bajo las cuales sirven a un Redentor crucificado. . .

Nuestra primera obra debe consistir en poner nuestro corazón en armonía con Dios, y entonces estaremos preparados para trabajar por los demás. En lo pasado nuestros fieles obreros hacían a menudo examen de conciencia. Se reunían para aconsejarse mutuamente y para elevar humildes y fervientes plegarias en procura de la dirección divina. . . La venida de Cristo está más cerca ahora que cuando creímos. Cada día que pasa nos deja uno menos para proclamar el mensaje de amonestación al mundo. Ojalá hubiera hoy más ferviente intercesión delante de Dios, más humildad, más pureza y más fe.

Tenemos una grandiosa obra que hacer por el Maestro, la de abrir la Palabra de Dios a los que están en las tinieblas del error. Jóvenes amigos, obrad como si tuvierais un cometido sagrado. Debéis ser estudiosos de la Biblia, siempre listos para dar a todo hombre que os lo demande razón de la esperanza que hay en vosotros. Por medio de una verdadera dignidad cristiana dad evidencia de que sabéis que tenéis una verdad que a la gente le interesa escuchar. Si esa verdad está grabada en el alma, se manifestará en el semblante y en el comportamiento, en un noble y tranquilo dominio propio, y en una paz que sólo el cristiano puede poseer.

Aquellos que tienen humildad genuina y cuyas mentes se han desarrollado por las verdades reveladas en el Evangelio, ejercerán una influencia que podrá sentirse, producirán impresión en las mentes y los corazones.

No tengo ambición más alta que la de ver a nuestra juventud imbuida del espíritu de la religión pura que la inducirá a tomar la cruz y seguir al Señor. Salid, jóvenes discípulos de Cristo, regidos por los principios, revestidos con los mantos de la pureza y la justicia. Vuestro Salvador os guiará al lugar que mejor se adapte a vuestros talentos y donde podáis ser más útiles. 120

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lunes, abril 21, 2008

Anunciad su Venida-LA VIRTUD DE LA ABNEGACIÓN

Anunciad su Venida - 22 de abril

LA VIRTUD DE LA ABNEGACIÓN

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gál. 2: 20).

Mediante la fe Pablo se apropió de la gracia de Cristo, y esta gracia suplió las necesidades de su alma. Por la fe recibió el don celestial, y lo impartió a las almas anhelosas de luz. Esta es la experiencia que necesitamos. . . Orad por esta fe; luchad por ella. Creed que Dios os la dará.

Hay una gran obra que hacer en nuestro mundo. No es una quimera: Ante nosotros hay realidades vivientes. Por todas partes se ven las manifestaciones del poder de Satanás. Cooperemos con el que obra para restaurar y elevar, y no olvidemos que el que trabaja para Cristo debe obtener su fuerza de la Fuente de toda fortaleza. . . Los cristianos necesitan pensamiento poderoso, firmeza de voluntad y conocimiento que proviene del estudio de la Palabra de Dios. No pueden darse el lujo de llenar la mente de asuntos baladíes. . .

Aprended del que dijo: "Soy manso y humilde de corazón" (Mat. 11: 29). Al aprender de él, hallaréis descanso. Día tras día obtendréis experiencia en las cosas de Dios; día tras día comprenderéis la grandeza de su salvación y cuán gloriosa es la unión con él. Constantemente aprenderéis mejor a vivir como Cristo, y constantemente creceréis más a semejanza del Salvador.

Si estamos dispuestos a morir al yo y a ampliar nuestra idea de lo que Cristo puede ser para nosotros y de lo que nosotros podemos ser para él, si nos unimos mutuamente en los lazos del compañerismo cristiano, Dios obrará con gran poder por medio de nosotros. Entonces seremos santificados por la verdad. Seremos realmente escogidos por Dios y estaremos dirigidos por su Espíritu. Cada día de vida será precioso porque veremos en él una oportunidad de usar los dones que se nos han concedido para beneficio de los demás.

Debemos olvidarnos de nosotros mismos en el amante servicio en favor de los demás. . . Puede ser que no recordemos algunos actos de bondad que hayamos hecho; quizá se hayan borrado de nuestra memoria. Pero la eternidad revelará en todo su esplendor cada acto realizado por la salvación de las almas, cada palabra pronunciada para animar a los hijos de Dios. 119

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Anunciad su Venida-PROMOVED LA VIDA SANA

Anunciad su Venida - 21 de abril

PROMOVED LA VIDA SANA

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. (Rom. 12: 1).

Es imposible que un hombre presente su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, si continúa satisfaciendo hábitos que lo están privando del vigor físico, mental y moral. . . "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom. 12: 2).

Estamos en un mundo que se opone a la justicia o pureza de carácter, y especialmente al crecimiento en la gracia. Doquiera miremos, vemos contaminación, corrupción, deformidad y pecado. ¡Cómo contrasta todo esto con la obra que debe realizarse en nosotros precisamente antes de recibir el don de la inmortalidad¡ Los escogidos de Dios deben erguirse inmaculados en medio de las corrupciones que abundan a su alrededor en estos últimos días. Sus cuerpos deben ser santificados, sus espíritus, puros. Si esta obra ha de hacerse, debe ser emprendida ahora mismo, con fervor e inteligencia. El Espíritu de Dios debe tener perfecto dominio, y ejercer su influencia sobre cada acto.

La reforma sanitaria es un rama de la gran obra que ha de preparar a un pueblo para la venida del Señor. . . Los hombres y las mujeres no pueden violar la ley natural para satisfacer apetencias pervertidas y pasiones sensuales sin violar la ley de Dios. Por lo tanto Dios ha permitido que la luz de la reforma sanitaria resplandezca sobre nosotros para que podamos comprender que es pecado quebrantar las leyes que él ha incorporado en nuestro propio ser. . .

Explicar la ley natural e instar a que se le obedezca es una obra que acompaña al mensaje del tercer ángel. . . El propósito de Dios consiste en que este tema sea puesto sobre el tapete y que el público sea inducido a investigarlo, porque es imposible que hombres y mujeres que están bajo el poder de hábitos pecaminosos que destruyen la salud y el vigor mental, aprecien la verdad sagrada. 118

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sábado, abril 19, 2008

Anunciad su Venida-EL LLAMADO DE DIOS A LA REFORMA

Anunciad su Venida - 20 de abril

EL LLAMADO DE DIOS A LA REFORMA

E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Luc. 1: 17).

Juan el Bautista salió con el espíritu y el poder de Elías, para preparar el camino del Señor, y para hacer volver el pueblo a la sabiduría de los justos. Él fue un representante de los que viven en estos últimos días, a quienes Dios ha confiado verdades sagradas para presentar delante del pueblo con el propósito de preparar el camino para la segunda aparición de Cristo.

Los que deben preparar el camino para la segunda venida de Cristo están representados por el fiel Elías, así como Juan vino en el espíritu de Elías a fin de preparar el camino para su primera venida. El gran tema de la reforma debe ser puesto sobre el tapete, y la mente del público debe ser sacudida. La temperancia en todas las cosas debe estar relacionada con el mensaje, para apartar al pueblo de Dios de su idolatría, su glotonería y su extravagancia en el vestir y en otras cosas.

Debe presentarse a la gente la abnegación, la humildad y la temperancia que se requiere de los justos, a quienes Dios guía y bendice especialmente, en contraste con los hábitos extravagantes y destructores de la salud de los que viven en esta época degenerada. Dios ha mostrado que la reforma sanitaria está tan íntimamente relacionada con el mensaje del tercer ángel como la mano lo está con el cuerpo. No puede encontrarse en ninguna otra cosa una causa tan grande de degeneración física y moral como en el descuido de este importante asunto. Son culpables ante Dios los que satisfacen sus apetitos y pasiones, y cierran los ojos a la luz por temor de percibir complacencias pecaminosas que no están dispuestos a abandonar. . .

La Providencia ha estado dirigiendo al pueblo de Dios para que se aparte de las costumbres extravagantes del mundo, de la satisfacción de apetitos y pasiones, a fin de ocupar su lugar en la plataforma de la abnegación y la temperancia en todas las cosas. El pueblo que Dios guía debe ser peculiar. No debe ser semejante al mundo. Pero si sigue la dirección de Dios, cumplirá sus propósitos, y someterá su voluntad a la voluntad de Dios. Cristo morará en el corazón. El templo de Dios será santo. Vuestro cuerpo, dice el apóstol, es templo del Espíritu Santo. 117

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viernes, abril 18, 2008

Anunciad su Venida-"HE AQUÍ EL CORDERO DE DIOS"

Anunciad su Venida - 19 de abril

"HE AQUÍ EL CORDERO DE DIOS"

"He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". (Juan 1: 29).

Juan tenía por naturaleza las faltas y debilidades comunes a los seres humanos; pero el toque del amor divino lo había transformado. Cuando, después del comienzo del ministerio de Cristo, los discípulos de Juan fueron a él quejándose de que todos estaban siguiendo al nuevo Maestro, Juan mostró cuán claramente comprendía su relación con el Mesías y con cuánto gozo daba la bienvenida a Aquel cuyo camino había preparado.

"No puede el hombre recibir nada -dijo-, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. . . Así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe" (Juan. 3: 27-30).

Al contemplar por fe al Redentor, Juan se había elevado a la altura de la abnegación. No trataba de atraer a sí mismo a los hombres, sino que trataba de elevar sus pensamientos cada vez más alto, hasta que reposaran en el Cordero de Dios. Él había sido sólo una voz, un clamor en el desierto. Ahora aceptaba con gozo el silencio y la oscuridad, a fin de que los ojos de todos pudieran volverse hacia la Luz de la vida.

Los que sean fieles a su vocación de mensajeros de Dios no buscarán honra para sí mismos. El amor al yo será absorbido por el amor a Cristo. Reconocerán que su obra consiste en proclamar, como lo hizo Juan el Bautista: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Exaltarán a Jesús, y con él la humanidad será exaltada. . .

El alma del profeta, despojada del yo, se llenó de la luz del Ser divino. . . Dio testimonio acerca de la gloria del Salvador. En esta gloria de Cristo todos sus seguidores han de participar. . . Podemos recibir la luz del cielo sólo en la medida en que estemos dispuestos a despojarnos del yo. Podemos percibir el carácter de Dios y aceptar a Cristo por fe sólo si estamos dispuestos a someter todo pensamiento a la obediencia a Cristo. A todos los que lo hacen, se les da el Espíritu Santo sin medida. En Cristo "habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él" (Col. 2: 9, 10). 116

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jueves, abril 17, 2008

Anunciad su Venida-PREDICACIÓN PODEROSA

Anunciad su Venida - 18 de abril

PREDICACIÓN PODEROSA

En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (Mat. 3: 1, 2).

Juan el Bautista durante su vida en el desierto aprendió de Dios. Estudiaba las revelaciones de Dios en la naturaleza. Bajo la dirección del Espíritu divino, estudiaba los rollos de los profetas. De día y noche estudiaba a Cristo; él era su meditación; hasta que su mente, su corazón y su alma estaban llenos de la gloriosa visión.

Contemplaba al Rey en su hermosura, y perdía de vista al yo. Consideraba la majestad de la santidad, y reconocía su incapacidad e indignidad. Debía anunciar el mensaje de Dios. Debía permanecer de pie con el poder y la justicia de Dios. Estaba listo para salir como mensajero del Cielo, impávido frente a los hombres, porque había contemplado al Divino. Podía comparecer sin temor frente a los monarcas terrenales, porque se había inclinado tembloroso ante el Rey de reyes.

Juan proclamó su mensaje sin recurrir a argumentos complicados ni teorías alambicadas. Sorprendente y enérgica, pero llena de esperanza, su voz se oyó en el desierto diciendo: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mat. 3: 2). Conmovió a la gente con un poder nuevo y extraño. Toda la nación fue sacudida. Multitudes acudían al desierto. . . Y todos, aun los fariseos y los saduceos, los fríos e indiferentes burladores, se retiraban con su burla acallada y el corazón herido por el sentimiento de sus pecados. . .

En esta época, precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, debe hacerse una obra como la de Juan. Dios llama a hombres para que preparen a un pueblo que permanezca de pie en el gran día del Señor. . . Como pueblo que cree en la pronta venida de Cristo, tenemos un mensaje que dar: "Prepárate para venir al encuentro de tu Dios" (Amós 4: 12). Nuestro mensaje debe ser tan directo como el de Juan. Reprendió a reyes por su iniquidad. Aunque su vida corría peligro, no vaciló en declarar la palabra de Dios. Con la misma fidelidad debemos hacer ahora nuestra obra.

A fin de dar un mensaje como el de Juan, debemos tener una experiencia espiritual semejante a la suya. Debe hacerse en nosotros la misma obra. Debemos contemplar a Dios, y al contemplarlo, perder de vista al yo. 115

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

miércoles, abril 16, 2008

Anunciad su Venida-CUANDO DIOS CUBRE LAS DEFICIENCIAS

Anunciad su Venida - 17 de abril

CUANDO DIOS CUBRE LAS DEFICIENCIAS

Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. (2 Cor. 6: 1).

Debemos participar en la obra de Dios en todo el mundo; doquiera haya almas que salvar, debemos prestar nuestra ayuda, para que muchos hijos e hijas puedan ser traídos a Dios. Él está cerca y por esto debemos aprovechar al máximo toda habilidad que se nos haya confiado y todo medio que ofrezca ayuda para la obra.

Cómo se sentirán los ángeles al ver que el fin se acerca mientras muchos de aquellos a quienes se ha confiado el último mensaje de misericordia se apiñan para asistir a reuniones en beneficio de sus propias almas, y se sienten insatisfechos si no hay tanta predicación, mientras se preocupan poco por la salvación de los demás y están haciendo poco en este sentido también. Todos los que están realmente unidos con Cristo por medio de una fe viviente, serán participantes de la naturaleza divina. Estarán constantemente recibiendo de él vida espiritual, y no podrán permanecer silenciosos.

La vida siempre se manifiesta mediante la acción. Si el corazón está vivo, enviará sangre a todas las partes del cuerpo. Los que tengan el corazón lleno de vida espiritual no necesitarán que se los inste para que lo revelen. La vida divina surgirá de ellos en ricos raudales de gracia. Al orar, al hablar y al trabajar, glorifican a Dios.

No es el más brillante ni el más talentoso aquel cuya obra produce los resultados más grandes y más duraderos. ¿Quiénes son los obreros más eficientes? Los que responden a la invitación: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mat. 11: 29).

Si los hombres a quienes Dios ha confiado talentos intelectuales se niegan a usar esos dones para su gloria, después de probarlos los dejará que sigan su camino y tomará hombres que no parecen estar tan ricamente dotados, que no tienen tanta confianza propia, y hará fuertes de los débiles porque confían en que Dios hará lo que ellos no pueden hacer por sí mismos. Dios aceptará el servicio prestado de todo corazón, y cubrirá las deficiencias.

Los ángeles están atentos para oír qué clase de informe dáis al mundo acerca de vuestro Señor. 114

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

martes, abril 15, 2008

Anunciad su Venida-EL TESTIMONIO QUE EL MUNDO NECESITA

Anunciad su Venida - 16 de abril

EL TESTIMONIO QUE EL MUNDO NECESITA

Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. (2 Cor. 3: 2).

La transformación del carácter ha de atestiguar al mundo que el amor de Cristo mora en nosotros. El Señor espera que su pueblo demuestre que el poder redentor de la gracia puede obrar en el carácter deficiente, y desarrollarlo simétricamente para que lleve abundante fruto.

Pero a fin de que cumplamos el propósito de Dios, debe hacerse una obra preparatoria. El Señor nos ordena que despojemos nuestro corazón del egoísmo, que es la raíz del enajenamiento. Él anhela derramar sobre nosotros su Espíritu Santo en abundante medida, y nos ordena que limpiemos el camino por el renunciamiento. Cuando entreguemos el yo a Dios, nuestros ojos serán abiertos para ver las piedras de tropiezo que nuestra falta de cristianismo ha colocado en el camino ajeno. Dios nos ordena que las eliminemos todas. Dice: "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados" (Sant. 5: 16). Entonces podemos tener la seguridad que tuvo David, cuando después de haber confesado su pecado oró: "Vuélveme el gozo de tu salvación, y el espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos; y los pecadores se convertirán a ti" (Sal. 51: 12, 13).

Cuando la gracia de Dios reine en el interior, el alma quedará rodeada de una atmósfera de fe y valor, y de un amor como el de Cristo, una atmósfera que vigorizará la vida espiritual de todos los que la inhalen. . . Todo aquel que participe del amor perdonador de Cristo, todo aquel que haya sido iluminado por el Espíritu de Dios y convertido a la verdad, sentirá que, en virtud de estas bendiciones preciosas, tiene una deuda para con toda alma con la cual llegue a tratar. El Señor utilizará a los que son de corazón humilde para alcanzar las almas que no pueden alcanzar los ministros ordenados. Serán inducidos a pronunciar palabras que revelarán la gracia salvadora de Cristo.

Y al beneficiar a otros, serán beneficiados ellos mismos. Dios nos da oportunidad de impartir gracia, a fin de que pueda él volvernos a llenar con un aumento de su gracia. La esperanza y la fe se fortalecerán a medida que el agente de Dios obre con los talentos y facilidades con que Dios lo ha provisto. Obrará con él un instrumento divino. 113

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

lunes, abril 14, 2008

Anunciad su Venida-UN CARÁCTER QUE EL MUNDO RECONOZCA

Anunciad su Venida - 15 de abril

UN CARÁCTER QUE EL MUNDO RECONOZCA

Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo. (Fil. 2: 15).

Es el propósito de Dios manifestar por medio de su pueblo los principios de su reino. A fin de que en su vida y su carácter se revelen estos principios, desea separarlos de las costumbres, los hábitos y las prácticas del mundo. . . Al contemplar la bondad, la misericordia y el amor de Dios revelados en su iglesia, el mundo ha de tener una representación de su carácter. Cuando la ley de Dios quede así ejemplificada en la vida, el mundo mismo reconocerá la superioridad de los que aman, temen y sirven a Dios, con respecto a cualquier otro pueblo del mundo.

Los adventistas del séptimo día, por sobre todos los pueblos, deben ser modelos de piedad, santos en su corazón y su conversación. A ellos han sido confiadas las verdades más solemnes que se hayan dado alguna vez a los mortales. Toda dotación de gracia, poder y eficiencia ha sido provista liberalmente. Ellos esperan el pronto regreso de Cristo en las nubes de los cielos. El que den al mundo la impresión de que su fe no es una fuerza dominante en sus vidas, deshonra grandemente al Señor.

Debido al creciente poder de las tentaciones de Satanás, los tiempos en los cuales vivimos están llenos de peligros para los hijos de Dios, y necesitamos aprender constantemente del gran Maestro, a fin de que podamos dar todo paso con seguridad y justicia. Nos esperan escenas maravillosas; y en este tiempo debe manifestarse en la vida del profeso pueblo de Dios un testimonio vivo, a fin de que el mundo pueda ver que en estos tiempos en que el mal reina por todos lados, hay todavía un pueblo que pone a un lado su voluntad y procura hacer la de Dios, un pueblo en cuyo corazón y vida está escrita la ley divina . . .

Sus pensamientos han de ser puros, sus palabras nobles y elevadoras. La religión de Cristo se ha de entretejer con todo lo que hagan y digan. Han de ser un pueblo santificado, purificado, santo, que comunique la luz a aquellos con quienes lleguen a tratar. Es propósito de Dios, que ejemplificando la verdad en sus vidas, sean una alabanza en la tierra. La gracia de Cristo basta para producir esto. 112

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

viernes, abril 11, 2008

Anunciad su Venida-REPRESENTANTES DEL SALVADOR


 

Anunciad su Venida - 13 de abril

REPRESENTANTES DEL SALVADOR

Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. (1 Ped. 2: 12).

Dios espera de los que llevan el nombre de Cristo, que lo representen. . .

Los seguidores de Cristo han de estar separados del mundo en sus principios e intereses; pero no deben aislarse del mundo. El Salvador trataba constantemente con los hombres, no para alentarlos en cosa alguna que no estuviese de acuerdo con la voluntad de Dios, sino para elevarlos y ennoblecerlos. "Me santifico. . . -declaró- para que también ellos sean santificados" (Juan 17: 19). Así también el cristiano ha de morar entre los hombres, a fin de que el sabor del amor divino pueda ser como la sal para preservar el mundo de la corrupción . . .

Lo que mucho necesitamos es el poder de una vida más elevada, más pura y más noble. El mundo está observando para ver qué frutos llevan los que profesan ser cristianos. Tiene derecho a esperar abnegación y sacrificio de los que creen en la verdad avanzada. Está observando, listo para criticar aguda y severamente nuestras palabras y acciones . . . En la mente de todos aquellos con quienes debemos tratar, se están haciendo constantemente impresiones favorables o no de la religión de la Biblia.

Y Dios y los ángeles están observando. Él desea que sus hijos demuestren por su vida la ventaja que sobre la mundanalidad tiene el cristianismo; que demuestren que están trabajando en un plano elevado y santo. Él anhela verlos manifestar que la verdad recibida los ha hecho hijos del Rey celestial. Anhela hacerlos conductos por los cuales pueda derramar su ilimitado amor y misericordia.

Cristo está aguardando con deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo se reproduzca perfectamente en su pueblo, entonces vendrá a buscar a los suyos. Es privilegio de todo cristiano, no solamente esperar la venida de nuestro Señor, sino también apresurarla. Si todos los que profesan su nombre estuviesen llevando frutos para su gloria. ¡Cuán prestamente se sembrarían en todo el mundo las semillas del Evangelio! ¡Con cuánta presteza maduraría la última gran mies, y vendría Cristo! 111

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Anunciad su Venida-SOCIOS DE CRISTO

Anunciad su Venida - 12 de abril

SOCIOS DE CRISTO

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15: 5).

¡El fin está cerca! Dios invita a la iglesia a poner en orden las cosas que quedan. Colaboradores de Dios, estáis facultados por el Señor para llevar a otros al reino. Habéis de ser los agentes vivos de Dios, conductos de luz para el mundo, y en derredor vuestro hay ángeles del cielo, enviados por Cristo para sosteneros y fortaleceros mientras trabajáis por la salvación de las almas. . .

Destacaos como separados y distintos del mundo, como personas que están en el mundo, pero que no son de él, y reflejad los brillantes rayos del Sol de justicia, siendo puros, santos y sin contaminación, y haciendo brillar con fe la luz en todos los caminos y vallados de la tierra.

Despiértense las iglesias antes que sea eternamente demasiado tarde. Asuma cada miembro su obra individual y vindique el nombre del Señor, que lleva sobre sí. Que la fe sana y la ferviente piedad reemplacen la pereza y la incredulidad. Cuando la fe eche mano de Cristo, la verdad deleitará el alma y los servicios religiosos no serán áridos ni carentes de interés. . . Diariamente tendréis una rica experiencia mientras practiquéis el cristianismo que profesáis. Se convertirán los pecadores. . .

¡Ojalá que todos se despertaran y manifestasen al mundo que su fe es una fe viva, que aguarda al mundo una crisis vital y que Jesús vendrá pronto! Dejemos ver a los hombres que creemos estar en los límites del mundo eterno.

La edificación del reino de Dios queda rezagada o fomentada de acuerdo con la infidelidad o la fidelidad de los agentes humanos. La obra queda estorbada cuando los agentes humanos no cooperan con los agentes divinos. Los hombres pueden orar: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mat. 6: 10); pero si en su vida no actúan de acuerdo con su oración, sus peticiones serán infructuosas. Pero aunque seamos débiles, sujetos a error y pecado, el Señor nos ofrece asociarnos con él. Nos invita a colocarnos bajo la instrucción divina. Uniéndonos con Cristo, podemos realizar las obras de Dios; "Separados de mí -dijo Cristo- nada podéis hacer". 110

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

jueves, abril 10, 2008

Anunciad su Venida-LA SENDA DE LA VIDA

Anunciad su Venida - 11 de abril

LA SENDA DE LA VIDA

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mat. 7: 13, 14).

Cristo nos invita a entrar en la senda angosta, donde cada paso significa abnegación. Nos invita a estar de pie sobre la plataforma de la verdad eterna y luchar tesoneramente por la fe dada una vez a los santos. . .

Al acercarnos al tiempo cuando los principados, las potestades y las huestes espirituales de maldad que se encuentran en las regiones celestiales sean lanzados de lleno en su lucha contra la verdad, cuando el poder engañoso de Satanás sea tan grande que trate de seducir, si fuere posible, a los mismos elegidos, nuestro entendimiento debe ser aguzado mediante la iluminación divina a fin de que los artificios de Satanás no nos resulten desconocidos. Todo el tesoro del cielo está a nuestra disposición para que preparemos el camino del Señor. Al darnos la cooperación de los santos ángeles, Dios ha hecho posible que nuestra obra sea un éxito maravilloso y glorioso. Pero rara vez el éxito será el resultado del esfuerzo esporádico. Se requiere la influencia conjunta de todos los miembros de la iglesia.

La iglesia necesita hoy hombres que, como Enoc, caminen con Dios, y revelen a Cristo al mundo. Los miembros de iglesia necesitan alcanzar una norma más elevada. Los mensajeros celestiales están esperando para comunicarse con los que han anulado el yo, cuyas vidas son un cumplimiento de las palabras: "Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gál. 2: 20). De tales hombres y mujeres debe estar compuesta la iglesia antes que su luz pueda alumbrar al mundo con rayos claros y nítidos. Nuestro concepto del Sol de justicia está oscurecido por el egoísmo. Cristo es crucificado de nuevo por muchos que por su complacencia propia permiten que Satanás los domine. . .

Es el propósito de Dios que todos sean probados para ver si son leales o desleales a las leyes que gobiernan el reino de los cielos. Hasta el fin Dios le permite a Satanás manifestarse como mentiroso, acusador y homicida. De esa manera el triunfo final de su pueblo llega a ser más señalado, más glorioso. 109

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

miércoles, abril 09, 2008

Anunciad su Venida-VIVIR PARA SALVAR A OTROS

Anunciad su Venida - 10 de abril

VIVIR PARA SALVAR A OTROS

Si alguno quiere venir en pon de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. (Luc. 9: 23).

El pecado más difundido que nos separa de Dios y provoca tantos trastornos espirituales contagiosos, es el egoísmo. No se puede volver al Señor excepto mediante la abnegación. Por nosotros mismos no podemos hacer nada; pero si Dios nos fortalece, podemos vivir para hacer bien a otros, y de esta manera rehuir el mal del egoísmo. No necesitamos ir a tierras paganas para manifestar nuestros deseos de consagrarlo todo a Dios en una vida útil y abnegada. Debemos hacer esto en el círculo del hogar, en la iglesia, entre aquellos con quienes tratamos y con aquellos con quienes hacemos negocios. En las mismas vocaciones comunes de la vida es donde se ha de negar al yo y mantenerlo en sujeción.

Pablo podía decir: "Cada día muero" (1 Cor. 15: 31). Es esa muerte diaria del yo en las pequeñas transacciones de la vida lo que nos hace vencedores. Debemos olvidar el yo por el deseo de hacer bien a otros. A muchos les falta decididamente amor por los demás. En vez de cumplir fielmente su deber, procuran más bien su propio placer.

Dios impone positivamente a todos los que le siguen el deber de beneficiar a otros con su influencia y recursos, y de procurar de él la sabiduría que los habilitará para hacer todo lo que esté en su poder para elevar los pensamientos y los afectos de aquellos sobre quienes pueden ejercer su influencia. Al obrar por los demás, se experimentará una dulce satisfacción, una paz íntima que será suficiente recompensa. Cuando estén movidos por un elevado y noble deseo de hacer bien a otros, hallarán verdadera felicidad en el cumplimiento de los múltiples deberes de la vida. Esto les proporcionará algo más que una recompensa terrenal; porque todo cumplimiento fiel y abnegado del deber es notado por los ángeles, y resplandece en el registro de la vida.

En el cielo nadie pensará en sí mismo, ni buscará su propio placer; sino que todos, por amor puro y genuino, procurarán la felicidad de los seres celestiales que los rodeen. Si deseamos disfrutar de la sociedad celestial en la tierra renovada, debemos ser gobernados aquí por los principios celestiales.

La mayor obra que puede hacerse en nuestro mundo consiste en glorificar a Dios viviendo el carácter de Cristo. 108

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

martes, abril 08, 2008

Anunciad su Venida-UN TIEMPO DE DECISIÓN

Anunciad su Venida - 9 de abril

UN TIEMPO DE DECISIÓN

Escogeos hoy a quién sirváis. (Jos. 24: 15).

Hoy el mundo está loco: Una demencia se ha apoderado de hombres y mujeres, y los está precipitando hacia la ruina eterna. Prevalece toda clase de complacencia, y los hombres se han infatuado tanto con el vicio que no escuchan llamados ni amonestaciones.

El Señor dice a los habitantes de la tierra: "Escogeos hoy a quién sirváis". Todos están decidiendo ahora su destino eterno. Los hombres necesitan que se les haga comprender la solemnidad de la hora, la cercanía del día cuando terminará el tiempo de prueba. Dios no le da a nadie el mensaje de que pasarán cinco, diez o veinte años antes que termine la historia de esta tierra. No quiere dar excusa a ningún ser viviente para demorar la preparación para su advenimiento. No quiere que nadie diga, como el siervo infiel: "Mi Señor tarda en venir", pues esto conduce al temerario descuido de las oportunidades y los privilegios que se nos dan a fin de que nos preparemos para ese gran día. Todo aquel que pretende ser siervo de Dios, está llamado a prestar servicio como si cada día fuera el último . . .

Hablad de la pronta aparición del Hijo del hombre en las nubes del cielo con poder y gran gloria. No posterguéis aquel día. . .

Esta es la gran preocupación que cada cual debe sentir. ¿Están perdonados mis pecados? ¿Ha quitado mi culpa Cristo, el Portador del pecado? ¿Tengo yo un corazón limpio, purificado por la justicia de Cristo? ¡Ay del alma que no esté buscando refugio en Cristo! ¡Ay de los que de alguna manera apartan la mente de la obra e inducen a alguna alma a ser menos vigilante ahora. . .

La gran obra de la cual no debiéramos desviar nuestra mente consiste en averiguar cuál es nuestra situación personal frente a Dios. ¿Están asentados nuestros pies sobre la Roca de los siglos? ¿Nos estamos escondiendo en el único Refugio? La tormenta se avecina con furia implacable. ¿Estamos preparados para hacerle frente? ¿Somos uno con Cristo así como él es uno con el Padre? ¿Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo?. . .

El carácter de Cristo debe ser el nuestro. Debemos ser transformados por la renovación de nuestro corazón. En esto consiste nuestra única seguridad. Nada puede separar a un cristiano viviente de Dios. 107

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Anunciad su Venida-EL MENSAJE ESPECIAL DE DIOS PARA HOY

Anunciad su Venida - 8 de abril

EL MENSAJE ESPECIAL DE DIOS PARA HOY

La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. (Rom. 13: 12).

En un tiempo como éste deberíamos tener un solo objetivo en vista: Emplear todo medio que Dios ha provisto para sembrar la verdad en los corazones de los hombres. . . Es deber de todo cristiano esforzarse al máximo para difundir el conocimiento de la verdad.

Dios ha esperado largo tiempo, y todavía está esperando, que los seres que son suyos por creación y por redención escuchen su voz y le obedezcan como hijos amantes y dóciles que desean estar cerca de él y que la luz de su semblante los ilumine. Debemos llevar al mundo el mensaje del tercer ángel, amonestando a los hombres que no adoren a la bestia ni a su imagen e invitándolos a tomar ubicación entre los que "guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" (Apoc. 14: 12). Dios no nos ha revelado cuándo terminará este mensaje o cuándo concluirá el tiempo de gracia. . . Nuestro deber consiste en velar, trabajar y esperar, y trabajar continuamente por las almas de los hombres que están a punto de perecer.

Ahora mismo debemos velar, trabajar y esperar. . . El fin de todas las cosas se acerca. . . El Espíritu del Señor está obrando para tomar la verdad de la Palabra inspirada y grabarla en el alma, de modo que los profesos seguidores de Cristo tengan un gozo santo y sagrado que puedan impartir a los demás. El momento oportuno para realizar nuestra obra es ahora, ahora mismo, entre tanto que el día dura. . .

Se necesita un testimonio más profundo, más decidido, más convincente del poder de la verdad, manifestado en la piedad práctica de los que profesan creerla. . .

Debemos tener la verdad implantada en el corazón, y debemos enseñarla a los demás tal como es en Jesús. El mundo está pasando por un período muy solemne, porque las almas están decidiendo cuál será su destino eterno. Satanás y sus ángeles están conspirando continuamente para invalidar la ley de Dios y esclavizar de esa manera las almas de los hombres mediante los afanes del pecado. La oscuridad que cubre la tierra es cada vez más densa, pero los que andan humildemente con Dios no tienen nada que temer. 106

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

 
 

domingo, abril 06, 2008

Anunciad su Venida-¡TOCAD LA ALARMA!

Anunciad su Venida - 7 de abril

¡TOCAD LA ALARMA!

Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. (Joel 2: 1).

Ahora debemos concentrar nuestra atención en las cosas que conciernen a nuestro bienestar eterno. No podemos dar a las cosas celestiales el segundo lugar. . . Los juicios de Dios están en la tierra. Dirigen una solemne amonestación diciendo: "También vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mat. 24: 44).

Hay muchos, muchos en nuestras iglesias que saben poco del verdadero significado de la verdad para este tiempo. Yo los exhorto a no descuidar el cumplimiento de las señales de los tiempos, que dicen tan claramente que el fin está cerca. ¡Oh, cuántos que han procurado la salvación de su alma emitirán pronto esta amarga queja: "Pasó la siega, terminó el verano, y mi alma no está salvada"!

Estamos viviendo durante las escenas finales de la historia de esta tierra. La profecía se cumple rápidamente. El tiempo de prueba está pasando velozmente. No tenemos tiempo que perder, ni un solo momento. Nadie debe encontrarnos durmiendo en nuestro puesto. Nadie debe decir en su corazón o por medio de sus obras: "Mi Señor tarda en venir". Resuene en fervientes palabras de amonestación el mensaje del pronto retorno de Cristo. Persuadamos a hombres y mujeres por doquier que se arrepientan y huyan de la ira venidera. Instémoslos a prepararse inmediatamente. . . Salgan predicadores y miembros laicos a los campos maduros. Hallarán su mies doquiera proclamen las olvidadas verdades de la Biblia. Hallarán a los que han de aceptar la verdad y han de dedicar sus vidas a ganar almas para Cristo.

El Señor viene pronto, y debemos estar preparados para salir a su encuentro en paz. Resolvamos hacer todo lo que podamos para impartir luz a los que nos rodean. No debemos estar tristes, sino gozosos, y debemos tener al Señor Jesús siempre delante de nosotros.. . Debemos estar listos y esperar su venida. ¡Cuán glorioso será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Hemos esperado mucho, pero nuestra fe no debe menguar. Si sólo podemos ver al Rey en su hermosura, seremos benditos para siempre. Siento que debo gritar: "¡Al hogar!" Se acerca el tiempo cuando Cristo vendrá con poder y gran gloria para llevar a sus redimidos a su eterno hogar. 105

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

sábado, abril 05, 2008

Anunciad su Venida-TESTIMONIO DE CORAZÓN A CORAZÓN


 

Anunciad su Venida - 6 de abril

TESTIMONIO DE CORAZÓN A CORAZÓN

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3: 16).

¿Por qué todos los que dicen amar a Dios no tratan de iluminar a sus vecinos y conocidos para que no descuiden esta gran salvación? Cristo se entregó a sí mismo para padecer una muerte de vergüenza y angustia, poniendo así de manifiesto el gran sufrimiento de su alma por la salvación de los que estaban a punto de perecer. Cristo puede, desea y anhela salvar a todos los que acuden a él. Hablad a las almas que están en peligro e inducidlas a contemplar a Jesús en la cruz, mientras muere para poder perdonar. Hablad al pecador con el corazón rebosante del tierno y compasivo amor de Cristo. Haya profundo fervor, pero no se oiga una sola nota áspera o estridente de parte del que está tratando de ganar al alma para que mire y viva.

Consagrad primero vuestra propia alma a Dios. Al contemplar a vuestro Intercesor en el cielo, permitid que se quebrante vuestro corazón. Entonces, enternecidos y subyugados, podréis dirigiros a los pecadores que se arrepienten como quienes han experimentado el poder del amor redentor. Orad con esas almas, llevándolas por fe al pie de la cruz; elevad sus mentes junto con la vuestra, para que contemplen con el ojo de la fe lo que vosotros miráis, es decir, a Jesús, el Portador del pecado. Apartad sus miradas de su pobre yo pecaminoso para que miren al Salvador, y la victoria estará ganada. contemplarán entonces por sí mismos al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Verán el Camino, la Verdad y la Vida. El Sol de Justicia derramará sus refulgentes rayos en su corazón. La fuerte corriente del amor redentor inundará el alma reseca y sedienta, y el pecador será salvo para Jesucristo.

Cristo crucificado: Hablad, orad, cantad acerca de él, y él quebrantará y ganará corazones. Este es el poder y la sabiduría de Dios para conquistar almas para Cristo. Las frases hechas, formales, la presentación de asuntos meramente argumentativos, harán poco bien. Cuando el enternecedor amor de Dios se encuentra en los corazones de los obreros, aquellos por quienes ellos trabajan lo perciben. Las almas están sedientas del agua de la vida. No seáis cisternas vacías. Si les reveláis el amor de Cristo, podréis guiar a las almas hambrientas y sedientas a Jesús, y él les dará el pan de vida y el agua de salvación. 104

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

viernes, abril 04, 2008

Anunciad su Venida-ENSEÑANDO DE CASA EN CASA

Anunciad su Venida - 5 de abril

ENSEÑANDO DE CASA EN CASA

Nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas. (Hech. 20: 20).

Los miembros de nuestras iglesias deben hacer más trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos y repartiendo impresos. . . Al sembrar junto a todas las aguas, experimentaremos que "el que siembra generosamente, generosamente también segará" (2 Cor. 9: 6).

El ejemplo de Cristo debe ser seguido por los que dicen ser sus hijos. Socorred a los desvalidos, su agradecimiento derribará las barreras y os permitirá alcanzar su corazón. . .

Las mujeres, tanto como los hombres, pueden sembrar la verdad. . . Pueden realizar en las familias una obra que los hombres no pueden hacer, una obra que penetra hasta la vida interior. Pueden acercarse a los corazones de personas a las cuales los hombres no pueden alcanzar. su cooperación es necesaria. Las mujeres discretas y humildes pueden hacer una obra buena al explicar la verdad en los hogares. Así explicada, la Palabra de Dios obrará como una levadura, y familias enteras serán convertidas. . .

En el círculo de la familia, en el hogar de vuestro vecino, a la cabecera del enfermo, podéis con serenidad leer las Escrituras y decir una palabra en favor de Jesús y de la verdad. Así será sembrada la preciosa semilla que. . . brotará y dará fruto.

Debe hacerse obra misionera en muchos lugares que aparentemente prometen poco resultado. El espíritu misionero debe posesionarse de nuestras almas e impulsarnos a alcanzar cierta clase de personas en las que no habíamos pensado, y a trabajar en lugares y con recursos que no hubiésemos imaginado siquiera. El Señor tiene su plan para esparcir la semilla del Evangelio. Sembrando según su voluntad, multiplicaremos la semilla en tales proporciones que su Palabra podrá alcanzar a millones de personas que aún no han oído la verdad.

Miríadas y miríadas de ángeles están listos para colaborar con los miembros de nuestras iglesias para comunicar la luz que Dios impartió generosamente para preparar a un pueblo para la venida de Jesús.

Nuestras hermanas, las jóvenes, las de edad madura y las ancianas, pueden desempeñar una parte en la terminación de la obra para este tiempo; y al hacerlo, a medida que tienen oportunidad, obtendrán una experiencia del valor mas alto. Al olvidarse del yo crecerán en la gracia. 103

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

jueves, abril 03, 2008

Anunciad su Venida-UN MUNDO NECESITADO

Anunciad su Venida - 4 de abril

UN MUNDO NECESITADO

Esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad. (Isa. 59: 9).

Muchos leen las Escrituras sin comprender su verdadero sentido. En todo el mundo hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados en él.

En todas partes hay corazones que claman por algo que no poseen. Suspiran por una fuerza que les dé dominio sobre el pecado, una fuerza que los libre de la esclavitud del mal, una fuerza que les dé salud, vida y paz . Muchos que en otro tiempo conocieron el poder de la palabra de Dios, han vivido en lugares donde no se reconoce a Dios y ansían la presencia divina.

El mundo necesita hoy lo que necesitaba mil novecientos años atrás, esto es, una revelación de Cristo. Se requiere una gran obra de reforma y sólo mediante la gracia de Cristo podrá realizarse esa obra de restauración física, mental y espiritual.

Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: "Seguidme".

Es necesario acercarse a la gente por medio del esfuerzo personal. . . Hay que aliviar a los pobres, atender a los enfermos, consolar a los afligidos y dolientes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los inexpertos. Hemos de llorar con los que lloran y regocijarnos con los que se regocijan. Acompañada del poder de persuasión, del poder de la oración, del poder del amor de Dios, esta obra no será ni puede ser infructuosa.

Los seres celestiales aguardan para cooperar con los agentes humanos, a fin de revelar al mundo lo que pueden llegar a ser los humanos, y lo que, mediante la unión con lo divino, puede llevarse a cabo para la salvación de las almas que están a punto de perecer. No tiene límite la utilidad de quien, poniendo el yo a un lado, da lugar a la obra del Espíritu Santo en su corazón y lleva una vida dedicada por completo a Dios. 102

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

 
 

miércoles, abril 02, 2008

Anunciad su Venida-MOTIVADOS POR EL AMOR

Anunciad su Venida - 3 de abril

MOTIVADOS POR EL AMOR

Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. (1 Juan 4: 21).

El amor es la base de la piedad. Cualquiera que sea la profesión que se haga, nadie tiene amor puro para con Dios a menos que tenga amor abnegado para con su hermano. . . Cuando el yo está sumergido en Cristo, el amor brota espontáneamente. La plenitud del carácter cristiano se alcanza cuando el impulso a ayudar y beneficiar a otros brota constantemente de adentro, cuando la luz del cielo llena el corazón y se revela en el semblante. . .

Relacionados con Cristo, estamos relacionados con nuestros semejantes por los áureos eslabones de la cadena del amor. Entonces la piedad y la compasión de Cristo se manifestarán en nuestra vida. No esperaremos que se nos traigan los menesterosos e infortunados. No necesitaremos que se nos suplique para sentir las desgracias ajenas. Será para nosotros tan natural ministrar a los menesterosos y dolientes como lo fue para Cristo andar haciendo bienes. . .

La gloria del cielo consiste en elevar a los caídos, consolar a los angustiados. . . Dios no reconoce ninguna distinción por causa de la nacionalidad, la raza o la casta. Es el Hacedor de toda la humanidad. Todos los hombres son una familia por la creación, y todos son uno por la redención. Cristo vino para demoler todo muro de separación, para abrir todo departamento del templo, para que cada alma pudiese tener libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo, tan completo, que penetra por doquiera. Libra de la influencia de Satanás a las pobres almas que han sido seducidas por sus engaños. Las coloca al alcance del trono de Dios, el trono circuido por el arco de la promesa. . .

Cristo está tratando de elevar a todos aquellos que quieran ser elevados a un compañerismo consigo, para que podamos ser uno con él, como él es uno con el Padre. Nos permite llegar a relacionarnos con el sufrimiento y la calamidad a fin de sacarnos de nuestro egoísmo; trata de desarrollar en nosotros los atributos de su carácter: la compasión, la ternura y el amor. . .

"Si guardares mi ordenanza -declara el Señor-, entre éstos que aquí están te daré lugar" (Zac. 3: 7), aun entre los ángeles que rodean su trono. Cooperando con los seres celestiales en su obra en la tierra, nos estamos preparando para su compañía en el cielo. 100

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

 
 

martes, abril 01, 2008

Anunciad su Venida-EL MENSAJE DE LA CRUZ

Anunciad su Venida - 2 de abril

EL MENSAJE DE LA CRUZ

Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. (Gál. 6: 14).

Dios me ha dado un mensaje para sus hijos. . . Habéis sido comprados por precio, y todo lo que tenéis y lo que sois ha de ser usado para la gloria de Dios y para el bien de vuestros semejantes. Cristo murió en la cruz para salvar al mundo que perece en el pecado. Él pide vuestra cooperación en esta obra. Habéis de ser su mano ayudadora. Con esfuerzo fervoroso e incansable habéis de tratar de salvar a los perdidos.

El poder transformador de la gracia de Cristo modela al que se entrega al servicio de Dios. . . Ya no puede ser indiferente hacia las almas que perecen a su alrededor. . . Comprende que cada parte de su ser pertenece a Cristo, quien lo redimió de la esclavitud del pecado; que cada momento de su futuro ha sido comprado con la preciosa sangre del unigénito Hijo de Dios.

¿Apreciáis tan profundamente el sacrificio hecho en el Calvario que estáis dispuestos a subordinar todo otro interés a la obra de salvar almas? El mismo intenso anhelo de salvar a los pecadores que señaló la vida del Salvador se nota en la de su verdadero discípulo. El cristiano no desea vivir para sí. Se deleita en consagrar al servicio del Maestro todo lo que posee y es. Le impulsa el deseo inefable de ganar almas para Cristo.

¿Cómo puedo glorificar mejor a Aquel a quien pertenezco por creación y por redención? Esta es la pregunta que debemos hacernos. Con ansiosa solicitud aquel que está verdaderamente convertido trata de rescatar a los que todavía están bajo el poder de Satanás. . .

Nos queda ahora apenas poco tiempo en el cual prepararnos para a eternidad. . . La gente necesita la verdad, y hay que comunicársela mediante esfuerzos fervorosos y fieles. Hay que buscar a las almas, orar y trabajar por ellas. Deben hacerse fervorosos llamados, y ofrecerse fervientes oraciones.

Sobre nosotros descansa la pesada responsabilidad de amonestar al mundo de su inminente destrucción. . . Dios llama a su iglesia para que se levante y se vista de poder. Deben ganarse coronas inmortales; el reino de los cielos debe ser conquistado; el mundo que perece en la ignorancia ha de ser iluminado. 99

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