viernes, setiembre 30, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Viernes, 30 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LA RESURRECCIÓN ESPECIAL

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. (Dan. 12: 2).

Dios escogió la medianoche para libertar a su pueblo. Mientras los malvados se burlaban en derredor de ellos, apareció de pronto el sol con toda su refulgencia y la luna se paró. . . Aparecieron densas y tenebrosas nubes que se entrechocaban unas con otras. Pero había un claro de persistente esplendor de donde salía la voz de Dios como el sonido de muchas aguas estremeciendo los cielos y la tierra. Sobrevino un tremendo terremoto. Abriéronse los sepulcros y los que habían muerto teniendo fe en el mensaje del tercer ángel y guardando el sábado se levantaron, glorificados, de sus polvorientos lechos, para escuchar el pacto de paz que Dios iba a hacer con quienes habían observado su ley.

Los que duermen en Jesús serán llamados de la casa de su prisión. . . a una gloriosa inmortalidad. . . [El Señor] ha resucitado, queridos amigos, y en vuestro desaliento podéis saber que. . . Jesús está a vuestro lado para daros paz.

Yo sé de lo que estoy hablando. He pasado por momentos en que pensé que las olas cubrirían mi cabeza; en ese tiempo sentí que mi Salvador era precioso para mí. Cuando mi hijo mayor me fue arrebatado sentí que mi pena era muy grande, pero Jesús vino a mi lado y sentí su paz en mi alma. La copa de consolación tocó mis labios.

Y luego aquel que había estado a mi lado durante 36 años . . . fue arrebatado. Habíamos trabajado juntos hombro a hombro en el ministerio, pero hubimos de entrelazar las manos del guerrero y ponerlo a descansar en la tumba silenciosa. Otra vez mi pena pareció muy grande, pero después de todo llegó la copa de la consolación. Jesús es precioso para mí. Caminó a mi lado. . . y caminará a vuestro lado. Nuestros amados son muy preciosos para nosotros cuando descienden a la tumba. Puede ser nuestro padre o nuestra madre el que depositamos allí; cuando salgan de la tumba sus arrugas habrán desaparecido, pero sus facciones permanecerán, y los reconoceremos. . .

Debemos estar preparados para encontrarnos con esos queridos amigos cuando emerjan en la mañana de la resurrección. 280

miércoles, setiembre 28, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Jueves, 29 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
DIOS TRASTORNA LA NATURALEZA

El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. (Apoc. 16: 17, 18).

Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima plaga. Las potencias del mal no abandonarán el conflicto sin lucha.

En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: "Hecho es" (Apoc. 16: 17).

Esa misma voz sacude los cielos y la tierra. Síguese un gran terremoto, "cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra" (vers. 18). El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los montes son movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas se esparcen por todos lados. Se oye un estruendo como de cercana tempestad. El mar es azotado con furor. Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios en misión de destrucción. Toda la tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas. "La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira" (vers. 19). Pedrisco grande, cada piedra, "como del peso de un talento" (vers. 21), hace su obra de destrucción. Las más soberbias ciudades de la tierra son arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han malgastado sus riquezas en provecho de su gloria personal, caen en ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados por su fe. 279

martes, setiembre 27, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Miiércoles, 27 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LIBRADOS A MEDIANOCHE

En un momento morirán, y a medianoche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso. (Job 34: 20).

[Dios] siempre eligió para manifestar su poder los momentos de extrema necesidad, cuándo no parecían tener posibilidad de verse librados de la acción de Satanás.

Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo. Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de su liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: "Hecho es" (Apoc. 1: 17).

Las potestades del cielo se conmoverán a la voz de Dios. Entonces el sol, la luna y las estrellas se desquiciarán de su lugar. No se aniquilarán, sino que se conmoverán a la voz de Dios.

Sobrevinieron sombrías y densas nubes que se entrechocaban unas con otras. La atmósfera se dividió y se arrolló atrás, y entonces pudimos ver en Orión un espacio abierto de donde salió la voz de Dios.

Después de oír la voz de Dios, la gente se halla en una desesperación y angustia tal, cual nunca hubo desde que existe nación, y entonces el pueblo de Dios sufrirá aflicción también. Las nubes del cielo se entrechocarán y habrá tinieblas. Entonces se oye aquella voz del cielo y las nubes comienzan a enrollarse como un pergamino, y aparece la señal clara y brillante del Hijo del hombre. Los hijos de Dios saben lo que significa esa nube.

Los 144.000 triunfaron. Sus rostros fueron iluminados por la gloria de Dios.

Cuando la voz de Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo será terrible el despertar para los que lo hayan perdido todo en la gran lucha de la vida.

El día de la ira para los enemigos de Dios es el día de la liberación final para su iglesia. 278

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Martes, 27 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS

Así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. (Isa. 49: 25).

Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose el tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para extirpar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora.

El pueblo de Dios -algunos en las celdas de las cárceles, otros escondidos en ignorados escondrijos de bosques y montañas- invocan aún la protección divina, mientras que por todas partes grupos de hombres armados, instigados por legiones de ángeles malos, se disponen a emprender la obra de muerte. Entonces, en la hora de supremo apuro, el Dios de Israel intervendrá para librar a sus escogidos. . .

Multitudes de hombres perversos, profiriendo gritos de triunfo, burlas e imprecaciones, están a punto de arrojarse sobre su presa, cuando de pronto densas tinieblas, más sombrías que la oscuridad de la noche, caen sobre la tierra. Luego un arco iris, que refleja la gloria del trono de Dios, se extiende de un lado a otro del cielo, y parece envolver a todos los grupos en oración. Las multitudes encolerizadas se sienten contenidas en el acto. Sus gritos de burla expiran en sus labios. Olvidan el objeto de su ira sanguinaria. Con terribles presentimientos contemplan el símbolo de la alianza divina, y ansían ser amparadas de su deslumbradora claridad.

Los hijos de Dios oyen una voz clara y melodiosa que dice: "Enderezaos" y, al levantar la vista al cielo, contemplan el arco de la promesa. Las nubes negras y amenazadoras que cubrían el firmamento, se han desvanecido, y como Esteban, clavan la mirada en el cielo, y ven la gloria de Dios y al Hijo del hombre sentado en su trono.

Mientras todo el mundo esté sumido en tinieblas, habrá luz en toda morada de los santos. Percibirán la primera vislumbre de su segunda aparición. 277

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Lunes, 26 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
NO HABRÁ MÁS MÁRTIRES

Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. (Sal. 91: 15).

El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero aunque perseguido y acongojado y aunque sufra privaciones y falta de alimento, no será abandonado para perecer. . .

Sin embargo, por lo que ven los hombres, parecería que los hijos de Dios tuviesen que sellar pronto su destino con su sangre, como lo hicieron los mártires que los precedieron. Ellos mismos empiezan a temer que el Señor los deje perecer en las manos homicidas de sus enemigos. Es un tiempo de terrible agonía. De día y de noche claman a Dios para que los libre. . .

El ojo de Dios, al mirar a través de las edades, se fijó en la crisis a la cual tendrá que hacer frente su pueblo, cuando los poderes de la tierra se unan contra él. Como los desterrados cautivos, temerán morir de hambre o por la violencia. Pero el Dios santo que dividió las aguas del Mar Rojo delante de los israelitas, manifestará su gran poder libertándolos de su cautiverio. "Ellos me serán un tesoro especial, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día que yo preparo; y me compadeceré de ellos, como un hombre se compadece de su mismo hijo que le sirve" (Mal. 3: 17, VM). Si la sangre de los fieles siervos de Cristo fuese entonces derramada, no sería ya, como la sangre de los mártires, semilla destinada a dar una cosecha para Dios. Su fidelidad no sería ya un testimonio para convencer a otros de la verdad, pues los corazones endurecidos han rechazado los llamamientos de la misericordia hasta que éstos ya no se dejan oír. Si los justos cayesen entonces presa de sus enemigos, sería un triunfo para el príncipe de las tinieblas. El salmista dice: "Me esconderá en su pabellón en el día de calamidad; me encubrirá en lo recóndito de su Tabernáculo" (Sal. 27: 5, VM). Cristo ha dicho: "¡Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tus puertas sobre ti; escóndete por un corto momento, hasta que pase la indignación! Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad" (Isa. 26: 20, 21, VM). Gloriosa será la liberación de los que lo hayan esperado pacientemente y cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. 276

sábado, setiembre 24, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Domingo, 25 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
EL ACTO SUPREMO DE ENGAÑO

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. (Apoc. 3: 10).

Al acercarse la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, agentes satánicos se mueven desde abajo. Satanás no solamente aparecerá como ser humano, sino que asumirá la forma de Jesucristo; y el mundo que ha rechazado la verdad, lo recibirá como Señor de señores y Rey de reyes.

La ira de Satanás crece a medida que se va acercando el fin, y su obra de engaño y destrucción culminará durante el tiempo de angustia.

El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento del Salvador como consumación de sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo ha venido. En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador, parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan en el Apocalipsis. (Apoc. 1: 13-15.) La gloria que lo rodee superará cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo repercutirá por los aires: "¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!" El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y acompasada, aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él. Declara que aquellos que persisten en santificar el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible. Como los samaritanos fueron engañados por Simón el Mago, así también las multitudes, desde los más pequeños hasta los mayores, creen en ese sortilegio y dicen: "Este es el poder de Dios llamado grande". 275

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Sábado, 24 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
TIEMPO DE ANGUSTIA CUAL NUNCA FUE

Aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. (Mar. 13: 19).

El tiempo de angustia cual nunca fue está próximo a caer sobre nosotros; y necesitaremos una experiencia que ahora no tenemos, y que muchos no se preocupan por obtener. A menudo ocurre que la angustia es mayor en la imaginación que en la realidad; pero no será así en la crisis que tenemos por delante. La descripción más vívida no logra dar idea de la magnitud de la prueba. Y ahora, mientras el precioso Salvador está haciendo una obra de expiación por nosotros, debemos procurar ser perfectos en Cristo. La providencia de Dios es la escuela en la que debemos aprender acerca de la mansedumbre y el amor de Jesús. Continuamente el Señor pone ante nosotros, no los caminos plácidos y fáciles que habríamos elegido, sino el verdadero propósito de la vida. Nadie puede descuidar o diferir esta obra sin poner su alma en el más terrible peligro.

El apóstol Juan oyó en visión una potente voz en el cielo que exclamaba: "¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo" (Apoc. 12: 12). Temibles son las escenas invocadas por esta exclamación de la voz celestial. La ira de Satanás aumenta a medida que su tiempo se acorta, y su obra de engaño y destrucción alcanza su culminación durante el tiempo de angustia. La longanimidad de Dios ha terminado. El mundo ha rechazado su misericordia, ha despreciado su amor y ha pisoteado su ley. Los pecadores han rebasado el límite del tiempo de gracia que les fue concedido, y el Señor les retira su protección, y los deja a merced del líder que han elegido. Satánas ejercerá su poder sobre todos los que se hayan entregado a su dominio, y sumergirá a los habitantes de la tierra en una gran angustia final. Cuando los ángeles de Dios dejen de retener los fieros vientos de las pasiones humanas, se desatarán todos los elementos de contienda. El mundo entero se verá envuelto en una ruina más terrible que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén.

[Pero] Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. 274

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Viernes, 23 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LOS OJOS DE DIOS VIGILAN A SU PUEBLO

¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. (Luc. 18: 7, 8).

En el tiempo de angustia, si el pueblo de Dios conservase pecados aún inconfesos cuando lo atormenten el temor y la angustia, sería aniquilado; la desesperación acabaría con su fe y no podría tener confianza para rogar a Dios que lo librase. Pero por muy profundo que sea el sentimiento que tiene de su indignidad, no tiene culpas escondidas que revelar. Sus pecados han sido examinados y borrados en el juicio; y no puede recordarlos. . .

Los cristianos profesos que lleguen sin preparación al último y terrible conflicto, confesarán sus pecados con palabras de angustia consumidora, mientras los impíos se reirán de esa angustia. . .

La historia de Jacob nos da además la seguridad de que Dios no rechazará a los que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto a él con verdadero arrepentimiento. Mientras Satanás trata de acabar con esta clase de personas, Dios enviará sus ángeles para consolarlas y protegerlas en el tiempo de peligro. Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños, terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo y su oído escucha su súplica. Su aflicción es grande, las llamas del horno parecen estar a punto de consumirlos; pero el Refinador los sacará como oro purificado por el fuego. El amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más dura es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar por el horno de fuego; debe consumirse su mundanalidad, para que la imagen de Cristo se refleje perfectamente.

Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que se preparen para aquel momento. . . Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él. . . 273

miércoles, setiembre 21, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Jueves, 22 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
POR QUE HABRÁ TIEMPO DE ANGUSTIA

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. (Sal. 46: 1).

Aun cuando los hijos de Dios se ven rodeados de enemigos que tratan de destruirlos, la angustia que sufren no procede del temor de ser perseguidos a causa de la verdad; lo que temen es no haberse arrepentido de cada pecado y que debido a alguna falta por ellos cometida no puedan ver realizada en ellos la promesa del Salvador: "Yo también te guardaré de la hora de prueba que ha de venir sobre todo el mundo" (Apoc. 3: 10, VM). Si pudiesen tener la seguridad del perdón, no retrocederían ante las torturas ni la muerte; pero si fuesen reconocidos indignos de perdón y hubiesen de perder la vida a causa de sus propios defectos de carácter, entonces el santo nombre de Dios sería vituperado.

Por todos lados oyen hablar de conspiraciones y traiciones y observan la actitud amenazante de la rebelión. Eso hace nacer en ellos un deseo intensísimo de ver acabarse la apostasía y de que la maldad de los impíos llegue a su fin. Pero mientras piden a Dios que detenga el progreso de la rebelión, se reprochan a sí mismos con gran sentimiento el no tener mayor poder para resistir y contrarrestar la potente invasión del mal. Les parece que si hubiesen dedicado siempre toda su habilidad al servicio de Cristo, avanzando de virtud en virtud, las fuerzas de Satanás no tendrían tanto poder sobre ellos.

Afligen sus almas ante Dios, recordándole cada uno de sus actos de arrepentimiento de sus numerosos pecados y la promesa del Salvador: "¿Forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí haga paz conmigo" (Isa. 27:5). Su fe no decae si sus oraciones no reciben inmediata contestación. Aunque sufren la ansiedad, el terror y la angustia más desesperantes, no dejan de orar. Echan mano del poder de Dios como Jacob se aferró al ángel; y de sus almas se exhala el grito: "No te soltaré hasta que me hayas bendecido".

El tiempo de angustia es el crisol que revelará los caracteres semejantes al de Cristo. Tiene como propósito inducir al pueblo de Dios a renunciar a Satanás y sus tentaciones. 272

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Miércoles, 21 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
EL TIEMPO DE ANGUSTIA DE JACOB

¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. (Jer. 30: 7).

Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas enfurecieron a los malvados contra los justos, pues los primeros pensaron que habíamos atraído los juicios de Dios sobre ellos, y que si podían raernos de la tierra las plagas se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de la angustia de Jacob.

Así como Satanás influyó en Esaú para que marchase contra Jacob, así también instigará a los malos para que destruyan al pueblo de Dios en el tiempo de angustia. Como acusó a Jacob, acusará también al pueblo de Dios. Cuenta a las multitudes del mundo entre sus súbditos, pero el pequeño grupo constituido por los que guardan los mandamientos de Dios resiste a su pretensión a la supremacía. Si pudiese hacerlos desaparecer de la tierra, su triunfo sería completo. Ve que los ángeles protegen a los que guardan los mandamientos e infiere que sus pecados les han sido perdonados; pero no sabe que la suerte de cada uno de ellos ha sido resuelta en el santuario celestial. Tiene conocimiento exacto de los pecados que les ha hecho cometer y los presenta ante Dios con la mayor exageración y asegurando que esa gente es tan merecedora como él mismo de ser excluida del favor de Dios. Declara que en justicia el Señor no puede perdonar los pecados de ellos y destruir al mismo tiempo a él y a sus ángeles. Los reclama como presa suya y pide que le sean entregados para destruirlos.

Mientras Satanás acusa al pueblo de Dios haciendo hincapié en sus pecados, el Señor le permite probarlos hasta el extremo. . . Reconocen plenamente su debilidad e indignidad. Satanás trata de aterrorizarlos con la idea de que su caso es desesperado, de que las manchas de su impureza no serán lavadas jamás. Espera así aniquilar su fe, hacerles ceder a sus tentaciones y alejarlos de Dios. 271

lunes, setiembre 19, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Martes, 20 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LOS IMPÍOS DURANTE LAS PLAGAS

He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán. (Amós 8: 11, 12).

En el tiempo cuando los juicios de Dios estén cayendo sin misericordia, ¡oh, cuán envidiable resultará para los pecadores la posición de los que habitan "al abrigo del Altísimo", el pabellón en el cual el Señor esconde a todo el que lo ama y obedece sus mandamientos!

Y al callar la dulce voz de la misericordia, el miedo y el horror invadieron a los malvados. Con terrible claridad oyeron estas palabras: "¡Demasiado tarde! ¡Demasiado tarde!"

Cristo padeció [en la cruz] mucho de lo que los pecadores padecerán cuando se derramen sobre ellos las copas de la ira de Dios. Una negra desesperación, a manera de paño mortuorio, rodeará sus almas culpables, y entonces comprenderán la pecaminosidad del pecado en toda amplitud.

Quienes habían menospreciado la Palabra de Dios corrían azorados de un lado a otro, errantes de mar a mar y de norte a oriente en busca de la Palabra del Señor. Dijo el ángel: "No la hallarán. Hay hambre en la tierra; no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír las palabras del Señor. ¡Qué no darían por oír una palabra de aprobación de parte de Dios!". . .

Muchos de los impíos se enfurecieron grandemente al sufrir los efectos de las plagas. Ofrecían un espectáculo de terrible agonía. Los padres recriminaban amargamente a sus hijos y los hijos a sus padres, los hermanos a sus hermanas y las hermanas a sus hermanos. . . La gente se volvía contra sus ministros con acerbo odio y los reconvenían diciendo: "Vosotros no nos advertisteis. Nos dijisteis que el mundo entero se iba a convertir, y clamasteis '¡Paz, paz!' para disipar nuestros temores. Nada nos enseñasteis acerca de esta hora, y a los que nos precavían contra ella los tildabais de fanáticos y malvados que querían nuestra ruina". Pero vi que los ministros no se libraron de la ira de Dios. Sus sufrimientos eran diez veces mayores que los de sus feligreses. 270

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Lunes, 19 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
PROTEGIDOS POR LOS ÁNGELES

Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. (Isa. 26: 20.)

En el día de la dura prueba [Cristo] dirá: "Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación".

¿Cuales son las cámaras en las cuales habrán de esconderse?

Son la protección de Cristo y sus ángeles. El pueblo de Dios no estará en ese tiempo en un solo lugar. Formará grupos esparcidos por toda la tierra.

Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles les proveían comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed.

Durante la noche pasó ante mi una escena sumamente impresionante. Parecía haber gran confusión y lucha de ejércitos. Un mensajero del Señor se paró ante mí y dijo: "Llama a tu familia. Yo os conduciré, seguidme". Me llevó por un oscuro pasaje a través de un bosque; luego por un desfiladero de las montañas, y dijo "Aquí estarás segura ". Había otros que habían sido llevados a aquel retiro. El mensajero celestial dijo: "El tiempo de prueba vendrá como ladrón en la noche, como el señor anunció que vendría".

En el período final de la historia de esta tierra, el señor obrará poderosamente en favor de los que se mantengan firmemente por lo recto. . . En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que fue nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará en su favor como "Dios de dioses", que puede salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en él.

En el tiempo de angustia que vendrá inmediatamente antes de la venida de Cristo, los justos serán resguardados por el ministerio de los santos ángeles; pero no habrá seguridad para el transgresor de la ley de Dios. Los ángeles no podrán entonces proteger a los que estén menospreciando uno de los preceptos divinos. 269

viernes, setiembre 16, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Domingo, 18 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
SEÑALADOS PARA LA MUERTE

Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día. (Est. 3: 13.)

El decreto que se promulgará finalmente contra el pueblo remanente de Dios será muy semejante al que promulgó Asuero contra los judíos.

Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose el tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para exterminar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora.

Se proclamará el decreto obligándolos a dejar a un lado el sábado del cuarto mandamiento, y honrar el primer día, o perder la vida. Pero ellos no cederán, ni pisotearán el sábado del Señor para honrar una institución del papado. Los rodearán las huestes de Satanás y los hombres perversos, para alegrarse de su suerte, porque no parecerá haber para ellos medio de escapar.

Cuando llegue ese tiempo de angustia, cada caso se habrá decidido, y ya no habrá tiempo de gracia ni misericordia para el impenitente. El sello del Dios vivo estará sobre su pueblo. Ese pequeño remanente, incapaz de defenderse en el mortífero conflicto con las potestades de la tierra mandadas por la hueste del dragón, hace de Dios su defensa. Ha sido promulgado por la más alta autoridad terrestre el decreto de que adoren a la bestia y reciban su marca bajo pena de persecución y muerte.

Vi que los santos sufrían gran angustia mental. Parecían rodeados por los malvados moradores de la tierra. Todas las apariencias estaban en su contra, y algunos empezaron a temer que Dios los hubiese abandonado al fin para dejarlos perecer a manos de los malos. . .

Los malvados, saboreando de antemano su triunfo, exclamaban: "¿Por qué no os libra vuestro Dios de nuestras manos? ¿Por qué no os escapáis por los aires para salvar la vida?" Pero los santos no los escuchaban. 268

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Sábado, 17 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LA PROMULGACIÓN DEL DECRETO DE MUERTE

Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la Imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. (Apoc. 13: 15).

Cuando Jesús salga del lugar santísimo, su Espíritu refrenador se retirará de los gobernantes y del pueblo. Estos quedarán bajo el dominio de los ángeles malos. Entonces, por consejo y dirección de Satanás, se harán leyes tales que, a menos que el tiempo sea muy corto, no se salvará ninguna carne.

Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas enfurecerían a los malvados contra los justos, pues los primeros pensarían que habríamos atraído los juicios de Dios sobre ellos, y que si pudieran raernos de la tierra las plagas se detendrían. Se promulgará un decreto para matar a los santos, lo cual los hará clamar día y noche por su libramiento. Ese será el tiempo de angustia de Jacob.

Vi después que los hombres importantes de la tierra consultaban entre sí, Satanás y sus ángeles estaban atareados en torno de ellos. Vi un edicto del que se repartieron ejemplares por distintas partes de la tierra, el cual ordenaba que si dentro de determinado plazo no renunciaban los santos a su fe peculiar y prescindían del sábado para observar el primer día de la semana, quedaría la gente en libertad para matarlos.

Por más que un decreto general haya fijado el tiempo en que los observadores de los mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, en algunos casos, se anticiparán al decreto y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. Pero nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes colocados en torno de cada fiel. Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros son defendidos por ángeles en forma de guerreros. . . Con ternura y simpatía, los ángeles han presenciado la angustia de ellos y han escuchado sus oraciones. Aguardan la orden de su jefe para arrancarlos del peligro. Pero tienen que esperar un poco más. El pueblo de Dios tiene que beber la copa y ser bautizado con el bautismo. 267

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Viernes, 16 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
COMIENZAN A CAER LAS SIETE ÚLTIMAS PLAGAS

Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. (Apoc. 16: 1).

Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca. (Apoc. 14: 9, 10) Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles y extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios. En el Apocalipsis se lee lo siguiente con referencia a esas mismas plagas tan temibles: "Vino una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la señal de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen". El mar "se convirtió en sangre como de un muerto; y toda alma viviente fue muerta en el mar ". También " los ríos, y . . . las fuentes de las aguas, . . . se convirtieron en sangre ". Por terribles que sean estos castigos, la justicia de Dios está plenamente vindicada. El ángel de Dios declara: "Justo eres tú, oh Señor, . . . porque has juzgado estas cosas: porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen "(Apoc. 16: 2-6).

Al condenar a muerte al pueblo de Dios, los que lo hicieron son tan culpables de su sangre como si la hubiesen derramado con sus propias manos. . .

En la plaga que sigue, se le da poder al sol para "quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el grande calor" (Apoc. 16: 8, 9).

Estas plagas no serán universales, pues de lo contrario los habitantes de la tierra serían enteramente destruidos. Sin embargo, serán los azotes más terribles que hayan sufrido jamás los hombres. Todos los juicios que cayeron sobre los hombres antes del fin del tiempo de gracia fueron mitigados con misericordia. La sangre propiciatoria de Cristo impidió que el pecador recibiese el pleno castigo de su culpa; pero en el juicio final la ira de Dios se derramará sin mezcla de misericordia.

Los dardos de la ira de Dios pronto han de caer, y cuando él comience a castigar a los transgresores, no habrá ningún período de respiro hasta el fin. 266

miércoles, setiembre 14, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Jueves, 15 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
SE SUELTAN LOS CUATRO VIENTOS

No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. (Apoc. 7: 3).

Hay ángeles que rodean el mundo, rechazando las pretensiones de supremacía que presenta Satanás, por causa de la vasta multitud de sus adherentes. No oímos las voces, no vemos con nuestra vista natural la labor de estos ángeles, pero sus manos están unidas al rededor del mundo, y con atenta vigilancia mantienen a raya a las huestes de Satanás, hasta que se complete el sellamiento del pueblo de Dios.

Juan ve los elementos de la naturaleza: terremotos, tempestades y lucha política, representados como siendo retenidos por cuatro ángeles. Estos vientos están bajo control hasta que Dios ordena soltarlos. Ahí está la seguridad de la iglesia de Dios. Los ángeles de Dios son los que retienen los vientos de la tierra, para que no soplen sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol, hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes.

El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases, tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en derredor de nosotros. Observan las relaciones tirantes e inestables que existen entre las naciones. Observan las presiones que se ejercen sobre todo elemento terrenal, y reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en vísperas de una crisis estupenda.

Los ángeles están hoy reteniendo los vientos de contienda, hasta que el mundo sea advertido acerca de su inminente destrucción; pero se está preparando una tormenta, que se va a desencadenar sobre la tierra, y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha que ninguna pluma la puede describir. . .

El Señor nos ha concedido misericordiosamente un momento de tregua. Toda facultad que nos ha sido concedida por el cielo ha de ser empleada en hacer la obra que el Señor nos asignó en favor de los que perecen en la ignorancia. El mensaje de amonestación debe resonar en todas partes del mundo. . . hay una gran obra que hacer, y esta tarea ha sido encomendada a los que conocen la verdad para este tiempo. 265

lunes, setiembre 12, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Miércoles, 14 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
TIEMPO DE ANGUSTIA CUAL NUNCA FUE

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. (Dan. 12: 1).

Cuando termine el mensaje del tercer ángel la misericordia divina no intercederá más por los habitantes culpables de la tierra. El pueblo de Dios habrá cumplido su obra; habrá recibido la "lluvia tardía", el "refrigerio de la presencia del Señor", y estará preparado para la hora de prueba que le espera. Los ángeles se apuran, van y vienen de acá para allá en el cielo. Un ángel que regresa de la tierra anuncia que su obra está terminada; el mundo ha sido sometido a la prueba final, y todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos han recibido "el sello del Dios vivo". Entonces Jesús dejará de interceder en el santuario celestial. Levantará sus manos y con gran voz dirá: "Hecho es". . .

Cuando él abandone el santuario, las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra. Durante ese tiempo terrible, los justos deben vivir sin intercesor, a la vista del santo Dios. Nada refrena ya a los malos y Satanás domina por completo a los impenitentes empedernidos. La paciencia de Dios ha concluido. El mundo ha rechazado su misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley. Los impíos han dejado concluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieron obstinadamente, acabó por apartarse de ellos. Desamparados ya de la gracia divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá entonces a los habitantes de la tierra en una gran tribulación final. Cuando los ángeles de Dios dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contienda se desencadenarán. El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén.

Únicamente los que tengan manos limpias y corazones puros subsistirán en aquel tiempo de prueba. . . Ahora, mientras los cuatro ángeles están reteniendo los cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocación y elección. 264

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Martes, 13 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
EL TIEMPO DE GRACIA TERMINARÁ SIN ADVERTENCIA

Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. (1 Tes. 5: 1, 2).

Los justos y los pecadores estarán viviendo aún sobre la tierra en su estado mortal: los hombres estarán plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes de que arriba, en el santuario celestial, habrá sido pronunciada la decisión final e irrevocable. Antes del diluvio, después que Noé entró en el arca, Dios lo guardó allí, y dejó a los impíos afuera, pero la gente, ignorando que su condena estaba determinada, prosiguió por siete días más en su descuido, en su vida amante de placeres, y se mofaron de las advertencias del juicio inminente. "Así" dice el Salvador, "será la venida del Hijo del Hombre". La hora decisiva que fijará el destino de cada hombre, el retiro final de la misericordia ofrecida a los culpables, vendrá silenciosa, inadvertidamente, como ladrón en la noche.

Los hombres se están dejando adormecer en una seguridad fatal y sólo despertarán cuando la ira de Dios se derrame sobre la tierra.

Cuando al fin del tiempo, el Señor se encamine hacia la tierra para ejecutar su juicio, las temidas plagas comenzarán a caer. Entonces, los que menospreciaron la Palabra de Dios, los que la estimaron livianamente, errarán de mar a mar, de norte a sur, irán de aquí para allá buscando la Palabra del Señor y no la hallarán. . . Los ministros de Dios habrán realizado su última obra, ofrecido sus últimas oraciones, derramado su última amarga lagrima en favor de una iglesia rebelde y un pueblo impío.

La vista de Jesús, al mirar a través de las edades, se fijó en nuestro tiempo cuando dijo: "¡Si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz!" Este es aún tu día, oh iglesia de Dios, a quien él ha hecho la depositaria de su ley. Este día de oportunidad y gracia está llegando a su fin. El sol se está ocultando rápidamente. ¿Podría ocurrir que se esté ocultando y tú no conozcas "lo que es para tu paz"? ¿Habrá de pronunciarse la irrevocable sentencia, "mas ahora está encubierto de tus ojos"? (Luc. 19: 42). 263

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Lunes, 12 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
SE TERMINA LA GRACIA

El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. (Apoc. 22: 11).

Cuando el juicio investigador haya acabado su obra, el destino de todo ser humano habrá sido decidido para vida o para muerte. El tiempo de gracia termina un poco antes de la aparición del Señor en las nubes de los cielos.

Los burladores llamaban la atención a las cosas de la naturaleza -a la sucesión invariable de las estaciones, al cielo azul que nunca había derramado lluvia, a los verdes campos refrescados por el suave rocío de la noche-, y exclamaban: "¿No habla acaso en parábolas?" Con desprecio declaraban que el predicador de la justicia era fanático rematado; y siguieron corriendo tras los placeres y andando en sus malos caminos con más empeño que nunca antes. Pero su incredulidad no impidió la realización del acontecimiento predicho. Dios soportó mucho tiempo su maldad, dándoles amplia oportunidad para arrepentirse, pero a su debido tiempo sus juicios cayeron sobre los que habían rechazado su misericordia.

Cristo declara que habrá una incredulidad análoga respecto a su segunda venida. Así como en tiempo de Noé los hombres "no entendieron hasta que vino el diluvio, y los llevó a todos; así", según las palabras de nuestro Salvador, "será la venida del Hijo del Hombre" (Mat. 24: 39, VM). Cuando los que profesan ser el pueblo de Dios se unan con el mundo, viviendo como él vive y compartiendo sus placeres prohibidos; cuando las campanas repiquen a bodas, y todos cuenten en perspectiva con muchos años de prosperidad mundana, entonces, tan repentinamente como el relámpago cruza el cielo, se desvanecerán sus visiones brillantes y sus falaces esperanzas.

Los acontecimientos relacionados con el fin del tiempo de gracia y la preparación para el tiempo de angustia han sido presentados con claridad. Pero hay miles de personas que comprenden estas importantes verdades de modo tan incompleto como si nunca hubiesen sido reveladas. Satanás procura arrebatar toda impresión que podría llevar a los hombres por el camino de la salvación. 262

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Domingo, 11 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
DIOS INTERVIENE EN FAVOR DE SU PUEBLO

Oid, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti; Y Jehová el Señor, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra vosotros. Porque he aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá y hollará las alturas de la tierra. (Miq. 1: 2, 3).

Es en la crisis cuando se revela el carácter. . . La gran prueba final viene a la terminación del tiempo de gracia, cuando será demasiado tarde para que la necesidad del alma sea suplida.

Dios lleva cuenta con las naciones. A través de cada siglo de la historia de este mundo los malhechores han estado atesorando ira para el día de la ira; y cuando llegue el tiempo en que la iniquidad haya rebasado los límites de la misericordia de Dios, su paciencia habrá terminado. Cuando las cifras acumuladas en los libros de registro del cielo señalen la suma total de la transgresión, vendrá la ira sin mezcla de misericordia; entonces se verá lo tremendo que será el haber agotado la paciencia divina. Esta crisis se producirá cuando las naciones se unan para abolir la ley de Dios.

Vendrán días cuando los justos serán movidos a sentir celo por Dios a causa de la abundante iniquidad. Nada sino el poder divino puede enfrentar la arrogancia de Satanás unido con malos hombres; pero en la hora de mayor peligro para la iglesia el remanente fiel ofrecerá las más fervientes oraciones en su favor, y Dios oirá y responderá en el momento mismo cuando la culpabilidad de los transgresores haya llegado al máximo. Entonces "hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche" y no "se tardará en responderles" (Luc. 18: 7).

La sustitución de lo verdadero por lo falso es el último acto del drama. Cuando esta sustitución se torne universal, Dios se revelará a sí mismo. Cuando las leyes de los hombres sean exaltadas por encima de las leyes de Dios, cuando los poderes de esta tierra procuren forzar a los hombres a guardar el primer día de la semana, sabed que ha llegado el tiempo cuando Dios actuará. Se levantará en su majestad y sacudirá terriblemente la tierra. Saldrá de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad. La tierra descubrirá sus sangres y no cubrirá más a sus muertos. 261

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Sábado, 10 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LA TERMINACIÓN DE LA OBRA

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. (Mat. 24: 14).

El solemne y sagrado mensaje de amonestación debe proclamarse en los campos más difíciles y en las ciudades más pecaminosas, en todo lugar donde no haya brillado todavía la luz del gran triple mensaje. Cada cual ha de oír la última invitación a la cena de bodas del cordero. De pueblo a pueblo, de ciudad a ciudad, de país a país, debe irse proclamando el mensaje de la verdad presente, no con ostentación externa, sino en el poder del Espíritu.

El mensaje del poder renovador de la gracia de Dios será proclamado a todo país y clima, hasta que la verdad circunde el mundo. Entre los que sean sellados habrá quienes vendrán de toda nación, tribu, lengua y pueblo. De todo país se reunirán hombres y mujeres que estarán delante del trono de Dios y del Cordero exclamando: "La salvación pertenece a nuestro Dios que esta sentado en el trono, y al Cordero" (Apoc. 7: 10).

Todo el mudo debe ser iluminado con la gloria de la verdad de Dios. La luz debe brillar en todos los países y para todas las gentes. Y el brillo de la luz debe proceder de los que la han aceptado. La estrella de la mañana se ha levantado delante de nosotros, y debemos hacer brillar su luz en los senderos de los que viven en tinieblas.

Estamos a un paso de una crisis. Mediante el poder del Espíritu Santo, debemos proclamar ahora las grandes verdades para estos últimos días. No pasará mucho tiempo hasta que cada uno haya oído la amonestación y hecho su decisión. Entonces vendrá el fin.

La verdad contenida en los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles, debe ir a toda nación, tribu, lengua y pueblo; debe iluminar las tinieblas de todo continente, y extenderse hasta las islas de la mar. No debe dejarse dilatar esta obra de gran importancia.

Nuestro santo y seña debe ser: ¡Adelante, siempre adelante! Los ángeles de Dios irán delante de nosotros para prepararnos el camino. No podemos dejar de preocuparnos por las regiones lejanas. 260

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Viernes, 09 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
EL CLAMOR POR PAZ Y SEGURIDAD

Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. (Jer. 6: 14).

Los católicos, los protestantes y los mundanos. . . verán en. . . [la triple] unión un gran movimiento para la conversión del mundo y el comienzo del milenio tan largamente esperado.

"El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas" (2 Ped. 3: 10). Cuando los razonamientos de la filosofía hayan desterrado el temor a los juicios de Dios; cuando los maestros de la religión nos hablen de largos siglos de paz y prosperidad, y el mundo se dedique por completo a sus negocios y placeres, a plantar y edificar, a fiestas y diversiones, y desechando las amonestaciones de Dios, se burle de sus mensajeros, "entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente. . . y no escaparán" (1 Tes. 5: 3).

Como los habitantes del valle de Sidim, la gente sueña ahora con prosperidad y paz. "Escapa por tu vida", es la advertencia de los ángeles de Dios; pero se oyen otras voces que dicen: "No os inquietéis, no hay nada que temer". La multitud vocea: "Paz y seguridad", mientras el cielo declara que una rápida destrucción está por caer sobre el transgresor. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se entregaron desenfrenadamente a los placeres, y se burlaron de los temores y advertencias del mensajero de Dios; pero aquellos burladores perecieron en las llamas; en aquella misma noche la puerta de la gracia fue cerrada para siempre para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma.

Dios no será siempre objeto de burla; no se jugará mucho tiempo con él. "He aquí el día de Jehová viene, crudo, y de saña y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores" (Isa. 13: 9). La inmensa mayoría del mundo desechará la misericordia de Dios, y será sumida en pronta e irremisible ruina.

Pero el que presta oídos a la advertencia y "habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente". "Escudo y adarga es su verdad" (Sal. 91: 1, 4). 259

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Jueves, 08 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
BREVE TIEMPO DE PAZ

Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. (1 Tes. 5: 3).

Cuando se esté terminando la obra de la salvación, vendrá aflicción sobre la tierra, y las naciones se airarán, aunque serán mantenidas en jaque para que no impidan la realización de la obra del tercer ángel. En ese tiempo descenderá la "lluvia tardía", o refrigerio de la presencia del Señor, para dar poder a la voz fuerte del tercer ángel, y preparar a los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuando las siete plagas postreras serán derramadas.

Se me mostraron los habitantes de la tierra sumidos en la mayor confusión. Guerra, derramamiento de sangre, privación, necesidad, hambre y pestilencia abundaban en la tierra. A medida que estas cosas rodeaban a los hijos de Dios, éstos comenzaron a unirse y a eliminar sus pequeñas dificultades. Ya no actuaban dominados por su sentido de su dignidad personal, sino que una profunda humildad tomo su lugar de ésta. El sufrimiento, la perplejidad, y la escasez hicieron que la razón retomara su trono, y que el hombre apasionado e irrazonable se volviese cuerdo y actuase con dirección y sabiduría.

Se me llamo entonces la atención a otra escena. Parecía haber un corto tiempo de paz. Una vez más los habitantes de la tierra fueron presentados delante de mí; y de nuevo todas las cosas se hallaban en la mayor confusión. La lucha, la guerra, el derramamiento de sangre, con hambre y pestilencia, rugían por doquier. Otras naciones se hallaban empeñadas en esta guerra y confusión. La guerra causaba hambre. La necesidad y el derramamiento de sangre producían pestilencia. Y entonces los corazones de los hombres desfallecían "por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra" (Luc. 21: 26).

Los ángeles están reteniendo hoy los vientos de lucha, hasta que el mundo sea amonestado acerca de su inminente destrucción; pero se está preparando una tormenta, que se ha de desencadenar sobre la tierra, y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá tal escena de contienda que ninguna pluma la puede describir. 258

martes, setiembre 06, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Miércoles, 07 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LOS ACONTECIMIENTOS FUTUROS EN SU ORDEN

Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. (1 Tes. 5: 4).

Vi que Jesús no dejaría el lugar santísimo antes que estuviesen decididos todos los casos, ya para salvación, ya para destrucción, y que la ira de Dios no podía manifestarse mientras Jesús no hubiese concluido su obra en el lugar santísimo y dejado sus vestiduras sacerdotales, para revestirse de ropaje de venganza. Entonces Jesús saldrá de entre el Padre y los hombres, y Dios ya no callara, sino que derramará su ira sobre los que rechazaron su verdad. Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas, que se seguían una a otra. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia, cual no lo hubo nunca, no había comenzado todavía. Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote obra en el santuario, se levantará, se pondrá las vestiduras de venganza, y entonces se derramarán las siete postreras plagas.

Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas enfurecieron a los malvados contra los justos, pues los primeros pensaron que habíamos atraído los juicios de Dios sobre ellos, y que si podían raernos de la tierra, las plagas se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron en angustia de ánimo y fueron libertados por la voz de Dios.

Antes de la crucifixión, el Salvador había predicho a sus discípulos que iba a ser muerto y que resucitaría del sepulcro. . . Pero los discípulos esperaban la liberación política del yugo romano y no podían tolerar la idea de que Aquel en quien todas sus esperanzas estaban concentradas, fuese a sufrir una muerte ignominiosa. . . Así también las profecías nos anuncian el porvenir con la misma claridad con que Cristo predijo su propia muerte a sus discípulos. Los acontecimientos relacionados con el fin del tiempo de gracia y la preparación para el tiempo de angustia han sido presentados con claridad. 257

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Martes, 06 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
LA BATALLA DEL ARMAGEDÓN

Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. (Apoc. 17:14).

Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima copa. Los poderes del mal no abandonarán el conflicto sin lucha. Pero la Providencia tiene una parte que realizar en la batalla del Armagedón. Cuando la tierra sea iluminada con la gloria del ángel de Apocalipsis 18, los elementos religiosos, buenos y malos, despertarán de su somnolencia los ejércitos del Dios viviente tomarán el campo.

Cuatro ángeles poderosos retienen los poderes de esta tierra en tanto que los siervos de Dios son sellados en sus frentes. Las naciones del mundo están ansiosas de entrar en conflicto; pero están siendo refrenadas por los ángeles. Cuando se quite este poder restrictivo, vendrán tiempos de dificultad y angustia. Se inventarán mortíferos instrumentos de guerra. Barcos, con su carga viviente, serán sepultados en las grandes profundidades. Todos los que no tengan el espíritu de verdad se unirán bajo la dirección de las agencias satánicas. Pero serán retenidas bajo control hasta el momento cuando se produzca la gran batalla del Armagedón.

Toda forma de mal asumirá súbitamente una intensa actividad. Los malos ángeles unen sus fuerzas con los hombres malos, y como han estado en conflicto constante y han adquirido experiencia en relación con las mejores maneras de engañar y batallar, y se han ido fortaleciendo por siglos, no cederán en el gran encuentro final sin una lucha desesperada. Cada cual deberá estar de uno o de otro lado de la contienda. La batalla del Armagedón se librará, y aquel día no debe encontrar a ninguno de nosotros durmiendo. Debemos estar bien despiertos, teniendo, como las vírgenes prudentes, aceite en nuestras vasijas junto con nuestras lámparas. . .

Debe reposar sobre nosotros el poder del Espíritu Santo, y el Capitán de las huestes del Señor estará a la cabeza de los ángeles del cielo para dirigir la batalla. Solemnes eventos están a punto de ocurrir ante nosotros. Las trompetas suenan una tras otra, se derrama una copa tras otra sobre los habitantes de la tierra. 256

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Lunes, 05 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
¡SE ACERCA OTRO PENTECOSTÉS!

Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. (Eze. 34: 26).

Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía que cae en los países orientales al tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos predijeron el derramamiento de la gracia espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de Dios. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana y gloriosos fueron los resultados. . . Pero cerca del fin de la siega de la tierra, se promete una concesión especial de gracia espiritual, para preparar a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia tardía.

La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que señaló el principio de ella. Las profecías que se cumplieron en tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en ocasión de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio. . .

Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo a la vista de los hombres. (Apoc. 13: 13.) Es así como los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad.

El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos. . . Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas partes, la verdad aparecerá en toda su claridad, y los sinceros hijos de Dios romperán las ligaduras que los tenían sujetos. Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa. 255

sábado, setiembre 03, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Domingo, 04 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
PROMESA DE AYUDA DIVINA

Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. (Mat. 10: 19).

Los siervos de Cristo no deben preparar un discurso especial para presentarlo cuando sean llevados ante las autoridades por causa de su fe. Su preparación ha de ser hecha día tras día, atesorando en el corazón las preciosas verdades de la Palabra de Dios, alimentándose de las enseñanzas de Cristo, y fortaleciendo su fe por medio de la oración; entonces, cuando sean llevados ante los tribunales, el Espíritu Santo les hará recordar precisamente las verdades que alcanzarán los corazones de los que vinieren para oír. Dios les traerá repentinamente a la memoria el conocimiento que obtuvieron por medio de un diligente escudriñamiento de las Escrituras, precisamente cuando lo necesiten.

Ahora debéis prepararos para el tiempo de prueba. Ahora debéis saber si vuestros pies están afirmados en la Roca eterna. Debéis tener una experiencia individual, y no depender de otros para vuestra luz. Cuando se os lleve a la prueba, ¿cómo sabréis que no estaréis solos, sin un amigo terrenal a vuestro lado? ¿Seréis entonces capaces de comprender que Cristo es vuestro apoyo? ¿Seréis capaces de recordar la promesa: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo"? Habrá seres invisibles a vuestro alrededor dedicados a lograr vuestra destrucción. Satanás y sus agentes procurarán de cualquier manera haceros vacilar de vuestra firmeza en Dios y su verdad. Pero si tenéis vuestros ojos limpios para percibir su gloria, no necesitáis preocuparos acerca de cómo testificaréis por su verdad.

Jóvenes y señoritas, ¿estáis creciendo hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo, para que cuando venga la crisis no podáis ser separados de la Fuente de vuestra fortaleza? Si queremos permanecer firmes durante el tiempo de prueba, ahora, en tiempos de paz, debemos obtener una experiencia viva en las cosas de Dios. Ahora debemos aprender a comprender cuál es la profunda obra del Espíritu de Dios. En todas las cosas Cristo debe ser nuestro todo, el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. 254

viernes, setiembre 02, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Sábado, 03 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
PREPÁRATE PARA ENCONTRARTE CON TU DIOS

Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel. (Amós 4: 12).

Muchos ignoran lo que deben ser a fin de vivir a la vista del Señor durante el tiempo de angustia, cuando no haya sumo sacerdote en el santuario. Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia deben reflejar plenamente la imagen de Jesús.

Sus vestiduras deberán estar sin mácula; sus caracteres, purificados de todo pecado por la sangre de la aspersión. Por la gracia de Dios y sus propios y diligentes esfuerzos deberán ser vencedores en la lucha contra el mal. Mientras se prosigue el juicio investigador en el cielo, mientras que los pecados de los creyentes arrepentidos son quitados del santuario, debe llevarse a cabo una obra especial de purificación, de liberación del pecado, entre el pueblo de Dios en la tierra.

Vi que muchos descuidaban la preparación necesaria, esperando que el tiempo del "refrigerio" y la "lluvia tardía" los preparasen para sostenerse en el día del Señor y vivir en su presencia. ¡Oh! ¡Y a cuántos vi sin amparo en el tiempo de angustia! Habían descuidado la preparación necesaria, y por lo tanto no podían recibir el refrigerio indispensable para sobrevivir a la vista de un Dios santo.

Quienes se nieguen a ser tallados por los profetas y a purificar sus almas obedeciendo a toda la verdad, quienes presuman estar en condición mucho mejor de lo que están en realidad, llegarán al tiempo en que caigan las plagas y verán que les hubiera sido necesario que los tallasen y encuadrasen para la edificación. . .

Vi que nadie podrá participar del "refrigerio" a menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra malas. Por lo tanto, debemos acercamos más y más al Señor y buscar anhelosamente la preparación necesaria que nos habilite para permanecer firmes en la batalla, en el día del Señor. Recuerden todos que Dios es santo y que únicamente seres santos podrán morar alguna vez en su presencia. 253

jueves, setiembre 01, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Viernes, 02 de Setiembre)

El Fin del Tiempo de Prueba
ANTE LOS GRANDES HOMBRES DE LA TIERRA

Y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. (Mat. 10: 18).

No está lejos el tiempo cuando se llevará al pueblo de Dios a dar su testimonio ante los gobernadores del mundo. No hay uno en veinte que comprenda con cuánta rapidez nos acercamos a la gran crisis de nuestra historia. . . No hay tiempo para la vanidad, para la frivolidad, para ocupar la mente en cosas sin importancia. . .

Los reyes, los gobernadores y los grandes hombres oirán de vosotros a través de los informes de aquellos que estén enemistados con vosotros, y vuestra fe y carácter serán desfigurados delante de ellos. Pero los que sean acusados falsamente tendrán la oportunidad de comparecer delante de sus acusadores para responder por sí mismos. Tendrán el privilegio de llevar la luz delante de los que son llamados grandes de la tierra, y si habéis estudiado la Biblia, y si estáis listos para dar respuesta a cada persona que pregunte acerca de la esperanza que hay en vosotros, con humildad y temor, vuestros enemigos no serán capaces de contradecir vuestra sabiduría.

Ahora tenéis la oportunidad de alcanzar el mayor poder intelectual a través del estudio de la Palabra de Dios. Pero si sois indolentes, y dejáis de cavar profundamente en las minas de la verdad, no estaréis preparados para la crisis que pronto os sobrevendrá. ¡Ojalá que comprendierais que cada momento es de oro! Si vivís de cada palabra que procede de la boca de Dios, no seréis encontrados desprevenidos.

No sabéis a done seréis llamados a dar vuestro testimonio en favor de la verdad. Muchos deberán comparecer ante asambleas legislativas; algunos tendrán que presentarse ante reyes y ante los sabios de la tierra, para dar razón de su fe. Los que sólo tienen un conocimiento superficial de la verdad no estarán capacitados para exponer claramente las Escrituras, y dar razones definidas respecto de su fe. Se confundirán y no serán obreros que no tienen de qué avergonzarse. Nadie se imagine que no necesita estudiar porque no debe predicar en el púlpito. No sabéis lo que Dios puede requerir de vosotros. 252