sábado, abril 30, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (1 de Mayo)

Señales de su Venida
· DIOS GUIARA A SU PUEBLO

Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. (Isa. 43: 2).Dios tiene una iglesia en la tierra, que es su pueblo escogido, que guarda sus mandamientos. Él está conduciendo, no ramas extraviadas, no uno aquí y otro allá, sino un pueblo.*No hay motivo para dudar, ni temer que la obra fracase. Dios está al frente de ella y dirigirá todas las cosas. Si hay asuntos que necesitan enmienda en la dirección de la obra, Dios atenderá eso y corregirá los errores. Tengamos fe en que Dios conducirá el noble barco que lleva su pueblo hasta el puerto de seguridad.Mientras viajaba de Portland a Boston hace muchos años, se levantó una tormenta y las inmensas olas nos azotaban sin piedad. Los candelabros cayeron y los baúles rodaban de un lado a otro como pelotas. Los pasajeros estaban atemorizados y muchos gritaban temiendo perecer.Después de un rato el piloto subió a bordo. Mientras tomaba el timón, el capitán se puso en pie junto a él y expresó su temor en cuanto al rumbo del barco. "¿Quiere tomar el timón?" le preguntó el piloto. El capitán no estaba dispuesto a hacerlo porque sabía que le faltaba experiencia. Luego algunos pasajeros se pusieron nerviosos y expresaron su temor de que el piloto los iba a estrellar contra las rocas. "¿Quieren tomar el timón?" les preguntó el piloto. Pero ellos sabían que no podían hacerlo. Cuando penséis que la obra está en peligro, rogad: "Señor, toma el timón. Condúcenos a través de las perplejidades. Llévanos a salvo hasta el puerto". ¿No tenemos acaso razones para creer que el Señor nos conducirá triunfalmente? . . .Con vuestra mente finita no podéis entender todas las providencias de Dios. Permitid que él dirija su obra. 128


¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (30 de Abril)

Anunciad su Venida
· EL CIELO NOS ESTA ESPERANDO

Como me envió el Padre, así también, yo os envío. (Juan 20: 21).De los apóstoles está escrito. "Ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían" (Mar. 16: 20). Así como Cristo envió a sus discípulos, envía hoy a los miembros de su iglesia. El mismo poder que los apóstoles tuvieron es para ellos. Si desean hacer de Dios su fuerza, él obrará con ellos, y no trabajarán en vano. Comprendan que la obra en la cual están empeñados es una sobre la cual el Señor ha puesto su sello. Dios dijo a Jeremías: " No digas: Soy niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte". Luego el Señor extendió su mano y tocó la boca de su siervo, diciendo: "He aquí he puesto mis palabras en tu boca" (Jer. 1: 7-9). Y nos envía a seguir anunciando las palabras que nos ha dado, sintiendo su toque santo sobre nuestros labios.Cristo dio a la iglesia un encargo sagrado. Cada miembro debe ser un medio por el cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo. No hay nada que el Salvador desee tanto como la manifestación del amor del Salvador por medio de los seres humanos. Todo el cielo está esperando a los hombres y las mujeres por medio de los cuales pueda Dios revelar el poder del cristianismo.La iglesia es la agencia de Dios para la proclamación de la verdad, facultada por él para hacer una obra especial; y si le es leal y obediente a todos sus mandamientos, habitará en ella la excelencia de la gracia divina. Si manifiesta verdadera fidelidad, si honra al Señor Dios de Israel, no habrá poder capaz de resistirle.El celo por Dios y su causa indujo a los discípulos a ser testigos del Evangelio con gran poder. ¿No debería semejante celo encender en nuestros corazones la determinación de contar la historia del amor redentor, del Cristo crucificado? Es el privilegio de cada cristiano, no sólo esperar, sino apresurar la venida del Salvador. 127