lunes, marzo 31, 2008

Anunciad su Venida-LA MAYOR OBRA DEL MUNDO

Anunciad su Venida - 1 de abril

LA MAYOR OBRA DEL MUNDO

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Mar. 16: 15).

"Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura", es la orden de Cristo. . . No quiere decir esto que todos sean llamados a ser pastores o misioneros en el sentido común de la palabra; pero todos pueden ser colaboradores con él para dar las "buenas nuevas" a sus semejantes. Se da la orden a todos, grandes o chicos, instruidos o ignorantes, viejos o jóvenes.

Sobre todo aquel que conoce la verdad para este tiempo descansa la responsabilidad de darla a conocer a otros. Los siervos de Cristo son en gran medida responsables del bienestar y la salvación del mundo. Han de ser colaboradores de Dios en la obra de ganar almas para Cristo.

El tema que atrae el corazón del pecador es Cristo y Cristo crucificado. Sobre la cruz del Calvario Jesús se revela al mundo en un amor sin paralelo. Presentadlo a las multitudes hambrientas, y la luz de su amor ganará a los hombres y los llevará de las tinieblas a la luz, de la transgresión a la obediencia y la verdadera santidad. La contemplación de Cristo en la cruz del Calvario despierta la conciencia para que perciba el carácter odioso del pecado como no puede hacerlo ninguna otra cosa.

Suspendido de la cruz, Cristo era el Evangelio. . . "He aquí el cordero d Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1: 29). ¿No mantendrán nuestros miembros de la iglesia sus ojos fijos en un Salvador crucificado y resucitado, en quien se cifran sus esperanzas de vida eterna? Este es nuestro mensaje . . . para los impenitentes, nuestra exhortación para los afligidos, la esperanza para cada creyente. Si podemos despertar en la mente de los hombres un interés que les haga fijar sus ojos en Cristo, podemos hacernos a un lado y pedirles que continúen fijando sus ojos en el Cordero de Dios. Aquel cuyos ojos estén fijos en Jesús, lo abandonará todo. Morirá al egoísmo. Creerá en toda la Palabra de Dios, que está tan gloriosa y maravillosamente exaltada en Cristo.

Es privilegio de todo cristiano no sólo esperar sino apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo. Si todos los que profesan su nombre llevasen frutos para su gloria, ¡cuán prestamente quedaría sembrada en el mundo la semilla del Evangelio! La última mies maduraría rápidamente, y Cristo vendría para recoger el precioso grano. 98

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

domingo, marzo 30, 2008

Preparados para el Cielo-"¡PREPARAOS, PREPARAOS, PREPARAOS!"

Preparados para el Cielo - 31 de marzo

"¡PREPARAOS, PREPARAOS, PREPARAOS!"

Prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel. (Amós 4: 12).

Suponed que Cristo apareciera hoy en las nubes de los cielos, ¿quién. . . estaría listo para salir a su encuentro? Suponed que fuéramos trasladados al reino de los cielos tales como somos, ¿estaríamos preparados para unirnos con los santos de Dios, para vivir en armonía con la familia real, con los hijos del Rey celestial? ¿Qué preparación habéis hecho para el juicio? ¿Habéis hecho las paces con Dios? ¿Estáis colaborando con Dios? ¿Estáis tratando de ayudar a los que os rodean en vuestra casa, en vuestro vecindario, a aquellos con quienes os relacionáis y que no están guardando los mandamientos de Dios?. . . ¿Nos estamos preparando para salir al encuentro del Rey?. . .

Si fuera posible que se nos admitiera en el cielo tales como somos ¿cuántos de nosotros podríamos mirar a Dios? ¿Cuántos de nosotros tenemos el vestido de boda? ¿Cuántos de nosotros estamos sin mancha, ni arruga ni cosa semejante? ¿Cuántos de nosotros somos dignos de recibir la corona de vida?. . . El puesto no hace al hombre. Sólo serán dignos de recibir la corona de vida, inmarcesible, aquellos en cuyo interior se haya formado Cristo.

Se me mostró al residuo en la tierra. El ángel les dijo: "¿Queréis huir de las siete postreras plagas?. . . En tal caso, debéis morir para poder vivir. ¡Preparaos, preparaos, preparaos! Debéis realizar mayores preparativos que los que habéis realizado. . . Sacrificadlo todo para Dios. Ponedlo todo sobre su altar: el yo, vuestras propiedades, todo, como sacrificio vivo. El entrar en la gloria lo exigirá todo.

Cristo viene con poder y grande gloria. Viene con su propia gloria y con la gloria del Padre. . . Mientras los impíos huyan de su presencia, los seguidores de Cristo se regocijarán. . .Cristo ha sido un compañero diario y un amigo familiar para sus fieles seguidores. Estos han vivido en contacto íntimo, en constante comunión con Dios. Sobre ellos ha nacido la gloria del Señor. . . Ahora se regocijan en los rayos no empañados de la refulgencia y gloria del Rey en su majestad. Están preparados para la comunión del cielo; pues tienen el cielo en sus corazones.

Si sois correctos con Dios hoy día, estaréis preparados en caso de que Cristo venga hoy. 97

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

sábado, marzo 29, 2008

Preparados para el Cielo-UNA EXPERIENCIA PROFUNDA Y VIVIENTE

Preparados para el Cielo - 30 de marzo

UNA EXPERIENCIA PROFUNDA Y VIVIENTE

¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron. (Heb. 2: 3).

Vi que no debemos retrasar la venida del Señor. Dijo el ángel: "Preparaos, preparaos, para lo que va a venir sobre la tierra. Correspondan vuestras obras a vuestra fe". Vi que el ánimo debe apoyarse en Dios, que debemos ejercer nuestra influencia en favor de Dios y su verdad. No podemos honrar al Señor mientras seamos negligentes e indiferentes. No podemos glorificarle cuando estamos descorazonados. Debemos tener fervor para asegurar nuestra propia salvación, y para salvar a otros. Debemos conceder suma importancia a esto, y considerar secundario todo lo demás.

Vi la belleza del cielo. Oí a los ángeles cantar sus himnos arrobadores, tributando alabanza, honra y gloria a Jesús. Pude entonces percibir vagamente el prodigioso amor del Hijo de Dios. Él abandonó toda la gloria, toda la honra que se le tributaba en el cielo, y se interesó de tal manera en nuestra salvación que, con paciencia y mansedumbre, soportó toda injuria y escarnio que los hombres quisieron imponerle. Fue herido, azotado y afligido; se lo extendió sobre la cruz del Calvario, y sufrió la muerte más atroz para salvarnos de la muerte; para que pudiésemos ser lavados en su sangre, y resucitar para vivir con él en las mansiones que está preparando, donde disfrutaremos la luz y la gloria del cielo, y oiremos cantar a los ángeles y cantaremos con ellos.

Vi que todo el cielo se interesaba en nuestra salvación; y ¿habremos de ser nosotros indiferentes? ¿Seremos negligentes como si fuese asunto de poca monta el que seamos salvos o perdidos? ¿Despreciaremos el sacrificio que fue hecho por nosotros?. . . Se nos ha dado un libro para que guíe nuestros pies a través de los peligros de este oscuro mundo hasta el cielo. Sus páginas nos dicen cómo podemos escapar de la ira de Dios, y también nos hablan de los sufrimientos de Cristo por nosotros, y del gran sacrificio que hizo para que pudiéramos ser salvos y disfrutar de la presencia de Dios para siempre.

Una forma de piedad no salvará a nadie. Todos deben tener una experiencia profunda y viva. Esto es lo único que los salvará en el tiempo de angustia. 96

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

 
 

viernes, marzo 28, 2008

Preparados para el Cielo-GARANTÍA DIVINA DE SEGURIDAD

Preparados para el Cielo - 29 de marzo

GARANTÍA DIVINA DE SEGURIDAD

Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio. (2 Ped. 2: 9).

En el tiempo de prueba que está delante de nosotros, la garantía divina de seguridad será puesta sobre los que han guardado la palabra de su paciencia. . . La columna de nube que proclama ira y terror al transgresor de la ley de Dios, es luz y misericordia y liberación para los que guardan sus mandamientos. El brazo poderoso para herir al rebelde, será fuerte para librar al fiel. Todos ellos serán reunidos. . .

¿Qué parte desempeñaréis vosotros en las escenas finales de la historia de este mundo? ¿Estáis conscientes de estas solemnes realidades? ¿Os dáis cuenta de la gran obra de preparación que está en marcha tanto en el cielo como en la tierra?. . . Nadie tenga nada que ver con el pecado, la fuente de todas las miserias de este mundo. No permanezcáis más en medio del letargo y la estúpida indiferencia. No depende el destino de vuestra alma de la incertidumbre. Aseguraos de que estáis plenamente del lado del Señor. Surja la pregunta de los corazones sinceros y los labios temblorosos: "¿Quién podrá estar firme?" ¿Habéis estado poniendo vosotros, en estas últimas horas preciosas de prueba, los mejores materiales en el edificio de vuestro carácter? ¿Habéis estado purificando de toda mancha vuestras almas? ¿Habéis seguido la luz? ¿Corresponden vuestras obras a vuestra profesión de fe?

¿Está obrando en vosotros la influencia suavizante y subyugadora de la gracia de Dios?. . . ¿Estáis permitiendo que vuestra luz resplandezca para iluminar a las naciones que perecen en sus pecados? ¿Os dáis cuenta de que debéis asumir la defensa de los mandamientos de Dios frente a los que los pisotean?

Es posible ser un creyente incompleto, formal, y por lo mismo, ser hallado falto y perder la vida eterna. Es posible practicar algunas de las enseñanzas bíblicas y ser considerados cristianos, y no obstante perecer por falta de cualidades esenciales del carácter cristiano. . . Mientras dura la misericordia, mientras intercede el Salvador, hagamos una obra cabal para la eternidad.

La gran crisis está justamente delante de nosotros. Enfrentar sus pruebas y tentaciones, y cumplir sus deberes, requerirá perseverancia. Pero podemos triunfar gloriosamente; ni una sola alma que vele, ore y crea será entrampada por el enemigo. 95

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

jueves, marzo 27, 2008

Preparados para el Cielo-LAS ESCRITURAS, NUESTRA SALVAGUARDIA

Preparados para el Cielo - 28 de marzo

LAS ESCRITURAS, NUESTRA SALVAGUARDIA

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? (Heb. 1: 14).

Mientras el pueblo de Dios persevere en su fidelidad, mientras se aferre mediante fe viviente a Jesús, estará bajo la protección de los ángeles celestiales, y no se le permitirá a Satanás que aplique sus artes infernales sobre ellos para destruirlos. Pero los que se separen de Cristo por medio del pecado, estarán en gran peligro. . .

Satanás está más celosamente dedicado ahora a jugar el juego de la vida por las almas, que en todo otro momento anterior; y a menos que estemos constantemente en guardia, pondrá en nuestros corazones orgullo, amor propio, amor al mundo y muchos otros malos rasgos de carácter. Empleará también toda artimaña posible para que vacile nuestra fe en Dios y en las verdades de su Palabra. Si no tenemos una profunda experiencia en las cosas de Dios, si no tenemos un cabal conocimiento de su Palabra, seremos engañados para nuestra ruina por los errores y sofismas del enemigo. Las falsas doctrinas minarán el fundamento de muchos, porque no habrán aprendido a distinguir entre la verdad y el error. Nuestra única salvaguardia contra los engaños de Satanás consiste en estudiar diligentemente las Escrituras, y comprender con inteligencia las razones de nuestra fe, cumpliendo cabalmente cada deber conocido. La complacencia de un solo pecado conocido nos debilitará y nos envolverá en tinieblas, sometiéndonos a terribles tentaciones. . .

¿Ascienden nuestras súplicas a Dios mediante la fe viviente? ¿Estamos abriendo las puertas del corazón a Jesús, al mismo tiempo que cerramos todas las entradas a Satanás? ¿Estamos obteniendo diariamente mayor luz y fortaleza, para que podamos perseverar en la justicia de Cristo? ¿Estamos vaciando nuestro corazón de todo egoísmo y purificándolo, como medida preparatoria para recibir la lluvia tardía del cielo?. . .

Debemos tratar de apartarnos del pecado, reposando en los méritos de la sangre de Cristo; y entonces, en el día de la aflicción, cuando el enemigo nos oprima, caminaremos entre los ángeles. Serán como muro de fuego alrededor de nosotros; y un día caminaremos con ellos en la ciudad de Dios. 94

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

miércoles, marzo 26, 2008

Preparados para el Cielo-UNA NORMA EN LA QUE PODÉIS CONFIAR

Preparados para el Cielo - 27 de marzo

UNA NORMA EN LA QUE PODÉIS CONFIAR

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (Efe. 6: 11).

En ocasión de cada avivamiento de la obra de Dios, el príncipe del mal actúa con mayor energía; en la actualidad está haciendo esfuerzos desesperados preparándose para la lucha final contra Cristo y sus discípulos. El último gran engaño se desplegará pronto ante nosotros. El Anticristo va a efectuar ante nuestra vista obras maravillosas. La falsificación se asemejará tanto a la realidad, que será imposible distinguirla sin el auxilio de las Santas Escrituras. Ellas son las que deben atestiguar en favor o en contra de toda declaración, de todo milagro. . .

Sólo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto. Toda alma ha de pasar por la prueba decisiva: ¿Obedeceré a Dios antes que a los hombres? La hora crítica se acerca. ¿Hemos asentado los pies en la roca de la inmutable Palabra de Dios? ¿Estamos preparados para defender firmemente los mandamientos de Dios y la fe de Jesús?. . .

El primero y más alto deber de toda criatura racional es el de escudriñar la verdad en las Sagradas Escrituras y luego andar en la luz y exhortar a otros a que sigan su ejemplo. Día tras día deberíamos estudiar diligentemente la Biblia, pensando cada pensamiento comparando texto con texto. Con la ayuda de Dios debemos formarnos nuestras propias opiniones ya que tenemos que responder a Dios por nosotros mismos. . .

Jesús prometió a sus discípulos "el Consolador, es decir, el Espíritu Santo, a quien -dijo- el Padre enviará en mi nombre", y agregó: " Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo cuanto os he dicho" (Juan 14: 26, VM). Pero primero es preciso que las enseñanzas de Cristo hayan sido atesoradas en el entendimiento, si queremos que el Espíritu de Dios nos las recuerde en el momento de peligro. . .

Cuando llegue el tiempo de la prueba, los que hayan seguido la Palabra de Dios como regla de conducta, serán dados a conocer. . . Que el espíritu de persecución se encienda, y entonces los tibios e hipócritas vacilarán y abandonarán la fe; pero el verdadero cristiano permanecerá firme como una roca, con más fe y esperanza que en días de prosperidad. 93

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

martes, marzo 25, 2008

Preparados para el Cielo-SE VA A TRATAR SU CASO

Preparados para el Cielo - 26 de marzo

SE VA A TRATAR SU CASO

Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. (Apoc. 14: 7).

En 1844, nuestro gran Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo del santuario celestial para comenzar la obra del juicio investigador.

A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de los que no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre será borrado del libro de la vida. . .

Estamos viviendo ahora en el gran día de la expiación. Cuando en el servicio simbólico el sumo sacerdote hacía la propiciación por Israel, todos debían afligir sus almas arrepintiéndose de sus pecados y humillándose ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo. De la misma manera, todos los que desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los pocos días que les quedan de este tiempo de gracia afligir sus almas ante Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados. Hay que escudriñar honda y sinceramente el corazón. . . Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas inclinaciones que tratan de dominarlos. La obra de preparación es obra individual. No somos salvados en grupos. La pureza y la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en otro. . . Cada cual tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante.

A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscripto el perdón frente sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna. 92

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

lunes, marzo 24, 2008

Preparados para el Cielo-POR QUÉ SE PROLONGA EL TIEMPO DE PRUEBA

Preparados para el Cielo - 25 de marzo

POR QUÉ SE PROLONGA EL TIEMPO DE PRUEBA

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 Ped. 3: 9).

Se me mostró el peligro que enfrentamos, como pueblo, de asemejarnos al mundo en lugar de adquirir la imagen de Cristo. Estamos en los mismos umbrales del mundo eterno, pero es el propósito del adversario de las almas inducirnos a postergar, hasta un futuro remoto, el fin del tiempo.

Satanás asaltará de todas las maneras concebibles a los que profesan ser el pueblo de Dios que guarda los mandamientos y que espera la segunda aparición de nuestro Salvador en las nubes del cielo con poder y grande gloria. Inducirá a tantos como pueda a postergar el día malo y asemejarse en espíritu al mundo, al imitar sus costumbres. Me siento alarmada cuando veo que el espíritu del mundo domina los corazones y mentes de muchos cuya profesión de la verdad es descollante. Albergan egoísmo y complacencia propia, pero no cultivan ni la verdadera piedad ni la integridad acrisolada. . .

Al tomar en cuenta el poco tiempo de que disponemos debiéramos, como pueblo, velar y orar, y no permitir en ningún caso que se nos desvíe de la solemne tarea de prepararnos para el gran acontecimiento que está delante de nosotros. Debido a que el tiempo aparentemente se dilata, muchos se vuelven descuidados e indiferentes con respecto a sus palabras y actos. No comprenden su peligro y no perciben ni entienden la misericordia de Dios al prolongar su período de prueba, de manera de puedan disponer de tiempo a fin de formar caracteres para la vida futura e inmortal. Cada momento es de sumo valor. Se les concede tiempo, no para que lo empleen con el fin de hacer planes para su propio placer y para convertirse en moradores de la tierra, sino para que lo dediquen a la obra de vencer todo defecto en sus propios caracteres y para ayudar a otros, por ejemplo y esfuerzo personal, a percibir la belleza de la santidad.

Dios tiene un pueblo sobre la tierra que con fe y santa esperanza escudriña el rollo de la profecía que se está cumpliendo rápidamente, y que trata de purificar su alma mediante la obediencia a la verdad. 91

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Preparados para el Cielo-A PRUEBA DE TENTACIONES

Preparados para el Cielo - 24 de marzo

A PRUEBA DE TENTACIONES

Presentaos vosotros mismos a Dios. . . y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros. (Rom. 6: 13, 14).

No hay poder capaz de quebrantar el yugo del mal y libertar de él los corazones de los hombres, sino el poder de Dios en Jesucristo. Sólo mediante la sangre del Crucificado hay purificación del pecado. Sólo la gracia de Cristo puede habilitarnos para resistir y dominar las inclinaciones de nuestra naturaleza caída.

El valor infinito del sacrificio requerido para nuestra redención, pone de manifiesto el hecho de que el pecado es un tremendo mal. Debido al pecado, el organismo humano entero se sale de quicio, la mente se pervierte y la imaginación se corrompe. El pecado ha degradado las facultades del alma. Las tentaciones externas encuentran eco en el corazón, y los pies se orientan imperceptiblemente hacia el mal.

Del mismo modo que el sacrificio realizado en nuestro favor fue completo, nuestra restauración de la contaminación del pecado debe ser completa. La ley no excusará ningún acto impío; no hay injusticia que escape a su condenación. La vida de Cristo fue un perfecto cumplimiento de cada precepto de la ley. Él dijo: "Yo he guardado los mandamientos de mi Padre" (Juan 15: 10). Su vida es nuestra norma de obediencia y servicio.

Hoy Satanás presenta las mismas tentaciones que presentó a Cristo, ofreciéndonos los reinos del mundo a cambio de nuestra sumisión. Pero no tienen poder las tentaciones de Satanás sobre aquel que contempla a Jesús como el Autor y Consumador de su fe. No puede hacer pecar al que acepte por fe las virtudes de Aquel que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

La expulsión del pecado es obra del alma misma. Por cierto, no tenemos poder para librarnos a nosotros mismos del dominio de Satanás; pero cuando deseamos ser libertados del pecado, y en nuestra gran necesidad clamamos por un poder exterior y superior a nosotros, las facultades del alma quedan dotadas de la fuerza divina del Espíritu Santo y obedecen los dictados de la voluntad, en cumplimiento de la voluntad de Dios. 90

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Preparados para el Cielo-EN GUARDIA FRENTE A LAS TRETAS DE SATANÁS

Preparados para el Cielo - 23 de marzo

EN GUARDIA FRENTE A LAS TRETAS DE SATANÁS

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe. (1 Ped. 5: 8, 9).

Cada alma esté alerta. El adversario os sigue los pasos. Vigilad, observando diligentemente, no sea que una trampa maestra, cuidadosamente oculta, os sorprenda desprevenidos. Presten atención los descuidados e indiferentes, no sea que el día de Dios los sorprenda como ladrón en la noche. Muchos se apartarán de la senda de la humildad y, despojándose del yugo de Cristo, avanzarán por senderos extraños. Enceguecidos y confundidos, dejarán la senda estrecha que conduce a la ciudad de Dios. . . El que venza, debe velar; porque, mediante los lazos del mundo, el error y la superstición, Satanás trata de apartar a los seguidores de Cristo. No basta que evitemos los peligros evidentes y las decisiones peligrosas e inconsecuentes. Debemos mantenernos al lado de Cristo, caminando en su sendero de abnegación y sacrificio. Estamos en el país del enemigo. El que fue arrojado del cielo ha descendido con gran poder. Mediante todo artificio y estratagema concebible, está tratando de cautivar almas. A menos que estemos constantemente en guardia, seremos presa fácil para sus innumerables engaños.

Todo está actualmente revestido de una solemnidad que cada creyente en la verdad para este tiempo debiera percibir. Debieran obrar teniendo en vista el día de Dios. Los juicios de Dios ya están por caer sobre este mundo, y necesitamos prepararnos para ese gran día.

Nuestro tiempo es precioso. Disponemos de pocos, muy pocos días de prueba, en los cuales podemos prepararnos para la vida futura e inmortal. No tenemos tiempo para dedicarlo a movimientos sin sentido. Debiéramos temer contentarnos con sólo rozar la superficie de la Palabra de Dios.

Si todo vuestro interés reside en la verdad y en la obra de preparación que debe ser hecha en este tiempo, seréis santificados por medio de la verdad y recibiréis idoneidad para participar de la inmortalidad. . . La obra cabal de preparación debe proseguir con todos los que profesan la verdad, hasta que estemos frente al trono de Dios sin falta, ni mancha, ni arruga, ni cosa semejante. 89

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

viernes, marzo 21, 2008

Preparados para el Cielo - 22 de marzo

SE DEFINE LA SANTIFICACIÓN BÍBLICA

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (Juan 17: 17).

"Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad" (Juan 17: 19). "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro" (1 Ped. 1: 22). "Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (2 Cor. 7: 1). . .

Tal es la santificación bíblica. No es simplemente ostentación u obra exterior. Es la santificación recibida por el conducto de la verdad. Es la verdad recibida en el corazón, y puesta en práctica en la vida.*

Los que son santificados por la verdad, son recomendaciones vivientes de su poder, y representantes de su Señor resucitado. La religión de Cristo refinará el gusto, santificará el juicio, elevará, purificará y ennoblecerá el alma, capacitando cada vez más al cristiano para la compañía de los ángeles celestiales.

Un sentimiento agradable, de íntima satisfacción, no es evidencia de santificación.

No hay santificación bíblica para los que desechan una parte de la verdad. La Palabra de Dios da bastante luz para que nadie necesite errar. . .

Jesús considerado como hombre era perfecto, y sin embargo, crecía en gracia. "Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres" (Luc. 2: 52). Aun el cristiano más perfecto puede crecer continuamente en el conocimiento y en el amor de Dios. . .

La santificación no es obra de un momento, una hora o un día. Es un crecimiento continuo en la gracia. No sabemos cuán intenso será nuestro conflicto al día siguiente. Satanás vive, es activo y cada día necesitamos clamar fervorosamente a Dios por ayuda y fortaleza para resistirle. Mientras reine Satanás tendremos que subyugar el yo, tendremos asedios que vencer, y no habrá punto en que detenerse, donde podamos decir que hemos alcanzado la plena victoria. 88

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

jueves, marzo 20, 2008

Preparados para el Cielo - 21 de marzo

PUREZA DE CORAZÓN Y VIDA

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. (Mat. 5:8).

En la ciudad de Dios no entrará nada que mancille. Todos los que moren en ella habrán llegado aquí a ser puros de corazón. En el que vaya aprendiendo de Jesús se manifestará creciente repugnancia por los hábitos descuidados, el lenguaje vulgar y los pensamientos impuros. Cuando Cristo viva en el corazón, habrá limpieza y cultura en el pensamiento y en los modales.

Pero las palabras de Cristo. . . tienen un significado mucho más profundo. No se refieren únicamente a los que son puros según el concepto del mundo, es decir, están exentos de sensualidad y concupiscencia, sino a los que son fieles en los pensamientos y motivos del alma, libres del orgullo y del amor propio; humildes, generosos y como niños.

Solamente se puede apreciar aquello con que se tiene afinidad. No podemos conocer a Dios a menos que aceptemos en nuestra propia vida el principio del amor desinteresado. . .

Cuando Cristo venga en su gloria, los pecadores no podrán mirarlo. La luz de su presencia, que es vida para quienes lo aman, es muerte para los impíos. . . Cuando aparezca, rogarán que se los esconda de la vista de Aquel que murió para redimirlos.

Sin embargo para los corazones que han sido purificados por el Espíritu Santo al morar éste en ellos, todo queda cambiado. Ellos pueden conocer a Dios. Moisés estaba oculto en la hendedura de la roca cuando se le reveló la gloria del Señor; del mismo tan sólo cuando estamos escondidos en Cristo vemos el amor de Dios. . .

Por la fe lo contemplamos aquí y ahora. En las experiencias diarias percibimos su bondad y compasión al manifestarse su providencia. Lo reconocemos en el carácter de su Hijo. . . Los de puro corazón ven a Dios en un aspecto nuevo y atractivo, como su Redentor; mientras disciernen la pureza y la hermosura de su carácter, anhelan reflejar su imagen. Para ellos es un Padre que anhela abrazar a un hijo arrepentido; y sus corazones rebosan de alegría indecible y de gloria plena. 87

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

 
 

Preparados para el Cielo-FE INCONMOVIBLE

Preparados para el Cielo - 20 de marzo

FE INCONMOVIBLE

Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. (Sant. 1: 6).

La oración y la fe están íntimamente ligadas y necesitan ser estudiadas juntas. En la oración de fe hay una ciencia divina; es una ciencia que debe comprender todo el que quiera tener éxito en la obra de su vida. Cristo dice: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá" (Mar. 11: 24). Él explica claramente que nuestra petición debe estar de acuerdo con la voluntad de Dios; debemos pedir cosas que él haya prometido y todo lo que recibamos debe ser usado para hacer su voluntad. Cuando se satisfacen las condiciones, la promesa es inequívoca.

Podemos pedir perdón por el pecado, el don del Espíritu Santo, un temperamento como el de Cristo, sabiduría y fuerza para hacer su obra, cualquier don que él haya prometido; luego tenemos que creer para recibir y dar gracias a Dios por lo que hemos recibido.

No necesitamos buscar una evidencia exterior de la bendición. El don está en la promesa y podemos emprender nuestro trabajo seguros de que Dios es capaz de cumplir lo que ha prometido y que el don, que ya poseemos, se hará efectivo cuando más lo necesitemos.

Vivir así por la palabra de Dios significa entregarle toda la vida. Se experimentará una sensación constante de Dios sobre el corazón. La oración es una necesidad porque es la vida del alma. La oración en familia, la oración en público, tienen su lugar, pero es la comunión secreta con Dios la que sostiene la vida del alma. . .

Muchos, aun en sus momentos de devoción, no reciben la bendición de la verdadera comunión con Dios. Están demasiado apremiados. . . No tienen tiempo para permanecer con el divino Maestro. . .Nuestra necesidad no consiste en detenernos un momento en su presencia, sino en tener relación personal con Cristo, sentarnos en su compañía. 86

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

lunes, marzo 17, 2008

Preparados para el Cielo-EL SECRETO DEL PROGRESO

Preparados para el Cielo - 18 de marzo

EL SECRETO DEL PROGRESO

Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. (Sal. 62: 8).

Tenemos que dedicar mucho tiempo a la oración si queremos hacer progresos en la vida divina. Cuando se proclamó por primera vez el mensaje de la verdad, ¡cuánto orábamos! Cuán a menudo se escuchaba la voz de intercesión en la habitación, en el establo, en la quinta o en la huerta. Con frecuencia pasábamos horas en ferviente oración, en grupos de dos o tres, reclamando la promesa; a menudo se escuchaba el llanto seguido de la acción de gracias y del himno de alabanza. Ahora el día de Dios está más cerca que cuando creímos, y debiéramos ser más diligentes, más celosos y más fervientes que en esos primeros días. Nuestros peligros son mayores ahora que en aquel entonces.

Jesús recibió sabiduría y poder, durante su vida terrenal, en las horas de oración solitaria. Sigan los jóvenes su ejemplo y busquen a la hora del amanecer y del crepúsculo un momento de quietud para tener comunión con su Padre celestial. Y durante el día eleven su corazón a Dios. A cada paso dado en nuestro camino, nos dice: "Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha. . . No temas, yo te ayudo" (Isa. 41: 13). Si nuestros hijos pudiesen aprender estas lecciones en el alba de su vida, ¡qué frescura y poder, qué gozo y dulzura habría en su existencia!*

Quebrántese vuestro corazón por el anhelo que tenga de Dios, del Dios vivo. La vida de Cristo ha mostrado lo que la humanidad puede hacer participando de la naturaleza divina. Todo lo que Cristo recibió de Dios, podemos recibirlo también nosotros. Pedid, pues, y recibiréis. Con la fe perseverante de Jacob, con la persistencia inflexible de Elías, pedid para vosotros todo lo que Dios ha prometido.

Dominen vuestra mente las gloriosas concepciones de Dios. Enlácese vuestra vida con la de Cristo mediante recónditos eslabones. Aquel que ordenó que la luz brillara en las tinieblas, desea brillar en vuestro corazón, para daros la luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. El Espíritu Santo tomará las cosas de Dios y os las mostrará. . . Cristo os conducirá al umbral del Infinito. 85

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

domingo, marzo 16, 2008

Preparados para el Cielo-EL ALIENTO DEL ALMA

Preparados para el Cielo - 17 de marzo

EL ALIENTO DEL ALMA

Orad sin cesar. (1 Tes. 5: 17).

La oración es el aliento del alma, el canal de todas las bendiciones. Mientras. . . el alma arrepentida ofrece su oración, Dios ve sus luchas, considera sus conflictos y toma nota de su sinceridad. Aplica su dedo a su pulso, y anota cada latido. No hay sentimiento que lo conmueva, ni emoción que lo agite, ni pesar que lo ensombrezca, ni pecado que lo manche, ni pensamiento o propósito que lo impulse, que Dios no conozca. Esa alma ha sido adquirida a un precio infinito, y se la ama con una devoción inalterable.

La oración al Gran Médico por la salud del alma trae la bendición de Dios. La oración nos une los unos a los otros y a Dios. La oración trae a Jesús a nuestro lado, y da nuevas fuerzas y gracia fresca al alma vacilante y a punto de perecer. . .

Cristo, nuestro Salvador, fue tentado en todo tal como nosotros, pero fue sin pecado. Tomó la naturaleza humana, tomó la forma del hombre, y sus necesidades fueron las necesidades del hombre. Tenía necesidades corporales que satisfacer, y cansancio físico del cual aliviarse. Mediante la oración a su Padre fue fortalecido para enfrentar el deber y la prueba. Cada día cumplía sus deberes tratando de salvar almas. Su corazón estaba lleno de tierna simpatía por los fatigados y cansados. Dedicó noches enteras a orar en favor de los tentados. . . La oración precedía y santificaba cada acto de su ministerio...

Las noches dedicadas a la oración que el Salvador empleó en la montaña o en el desierto, eran esenciales a fin de prepararlo para las pruebas que tendría que enfrentar en los días sucesivos. Sentía la necesidad de refrigerar y vigorizar el alma y el cuerpo, para poder encarar las tentaciones de Satanás; y los que estén tratando de vivir su vida sentirán la misma necesidad. . . Nos dice: " Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (Mat. 16: 24). Sólo Cristo puede capacitarnos para responder cuando dice: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mat. 11: 29). Esto significa que cada día tenemos que negar al yo. Cristo puede darnos la doble resolución, la voluntad de sufrir y de librar las batallas del Señor con energía perseverante. 84

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Preparados para el Cielo-SUBAMOS LA ESCALERA DE PEDRO

Preparados para el Cielo - 16 de marzo

SUBAMOS LA ESCALERA DE PEDRO

Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. (2 Ped. 1: 5-7).

Indicad a los jóvenes la escalera de ocho peldaños de Pedro y no coloquéis sus pies en el peldaño más alto sino en el más bajo, y con cálidos ruegos instadlos a trepar hasta la misma cumbre.

Cristo. . . es la escalera. La base de ella está firmemente asegurada en la tierra por su humanidad; el peldaño más alto alcanza hasta el trono de Dios por su divinidad. La humanidad de Cristo abraza a la humanidad caída en tanto que su divinidad se ase al trono de Dios. Somos salvos cuando ascendemos peldaño tras peldaño en la escalera, mirando a Cristo, ascendiendo paso a paso hasta la altura de Cristo, de modo que él sea hecho para nosotros sabiduría, y justicia, y santificación y redención. Fe, virtud, ciencia, templanza, paciencia, bondad, amor fraternal y caridad, son los peldaños de esta escalera. Todas estas gracias deben manifestarse en el carácter cristiano; y "haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Ped. 1: 10, 11).

No debéis pensar que podéis esperar hasta haber perfeccionado una gracia antes de cultivar la siguiente. No; deben desarrollarse juntas. . . Cada día que viváis podéis perfeccionar los benditos atributos revelados plenamente en el carácter de Cristo; cuando lo hagáis, traeréis luz, amor, paz y alegría a vuestros hogares.

No os sintáis abrumados por la gran cantidad de trabajo que tenéis que hacer en el espacio de vuestra vida, pues no se requiere de vosotros que lo hagáis todo a la vez. Aplicad toda facultad de vuestro ser a la tarea del día, aprovechad toda preciosa oportunidad, apreciad las ayudas que Dios os da y avanzad paso a paso por la escalera del progreso. Recordad que habéis de vivir sólo un día a la vez, que Dios os ha dado un día, y los registros celestiales mostrarán cómo habéis valorado sus privilegios y oportunidades. 83

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

viernes, marzo 14, 2008

Preparados para el Cielo-EL CARÁCTER QUE APRUEBA DIOS

Preparados para el Cielo - 15 de marzo

EL CARÁCTER QUE APRUEBA DIOS

Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. (1 Tim. 4: 12).

Jesús, la Majestad del cielo, dejó un ejemplo para la juventud. Trabajaba en el taller de Nazaret para ganar su diario sustento. Estaba sujeto a sus padres y no trataba de administrar su propio tiempo o seguir su propia voluntad. Mediante una vida de fácil complacencia, jamás logrará un joven alcanzar la verdadera excelencia como hombre o como cristiano. Dios no nos ha prometido comodidad, honor o riquezas en su servicio; pero nos afirma que serán nuestras todas las bendiciones que necesitemos, "con persecuciones", y en el mundo venidero "la vida eterna". Cristo no aceptará nada menos que la plena consagración a su servicio. . .

Tenemos notables ilustraciones del poder sustentador de los firmes principios religiosos. . . La boca abierta de los leones en el foso no pudo impedir que Daniel elevara sus plegarias cotidianas, ni pudo el horno de fuego inducir a Sadrac y sus compañeros a postrarse delante del ídolo que había levantado Nabucodonosor. Los jóvenes de firmes principios esquivarán el placer, desafiarán el dolor, y hasta el foso de los leones y el horno de fuego, antes que ser infieles a Dios. Notad el carácter de José. Su virtud fue probada intensamente, pero su triunfo fue completo. En cada aspecto el noble joven soportó la prueba. El mismo elevado principio, inquebrantable, se manifestó en cada prueba. El Señor estaba con él y su palabra era ley...

Los que estudian la Biblia, piden consejo a Dios y reposan en Cristo, serán capacitados para obrar con sabiduría en todo momento y en toda circunstancia. Los buenos principios se manifestarán en la vida real. Si sólo recibís cordialmente la verdad para este tiempo, de manera que se convierta en el fundamento del carácter, producirá una firmeza de propósito que no podrán desviar ni las atracciones del placer, ni las veleidades de la moda, ni el desprecio de los amantes del mundo, ni los propios deseos del corazón que clama por la complacencia propia. Primeramente la conciencia debe ser iluminada, la voluntad debe ser puesta en sujeción. El amor a la verdad y a la justicia debe reinar en el alma, y surgirá entonces un carácter que el cielo podrá aprobar. 82

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

jueves, marzo 13, 2008

Preparados para el Cielo-LA SIEMBRA Y LA COSECHA DE LA VIDA

Preparados para el Cielo - 14 de marzo

LA SIEMBRA Y LA COSECHA DE LA VIDA

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio Invocan al Señor. (2 Tim. 2: 22).

Un poco de tiempo dedicado a la siembra de malezas, queridos jóvenes, producirá una cosecha que os amargará toda la vida; una hora de atolondramiento, ceder una vez a la tentación, pueden desviar toda la corriente de la vida en dirección equivocada. Sólo podéis tener una juventud; haced que sea útil. Una vez que hayáis pasado por ese terreno, nunca más podréis regresar para rectificar vuestros errores. . .

Satanás. . . se transforma en ángel de luz y se acerca a los jóvenes con sus tentaciones engañosas y logra apartarlos, paso a paso, de la senda del deber. Se lo presenta como acusador, engañador, mentiroso, torturador y asesino. . . Satanás puede tentaros; pero de vosotros depende si vais a ceder o no. Toda la hueste de Satanás carece de poder para obligar al tentado a desobedecer. No hay excusa para el pecado.

La tentación no es pecado. Jesús era santo y puro; sin embargo fue tentado en todo como nosotros, pero con una fuerza y un poder que nunca el hombre tendrá que soportar. En su resistencia triunfante, nos ha dejado un hermoso ejemplo, a fin de que sigamos sus pisadas. Si tenemos confianza en nosotros mismos y nos consideramos justos, se nos dejará caer bajo el poder de la tentación; pero si miramos a Jesús y confiamos en él, invocaremos en nuestra ayuda un poder que ha vencido al enemigo en el campo de batalla, y con toda tentación nos dará una vía de salida. Cuando Satanás viene como una inundación, debemos arrostrar sus tentaciones con la espada del Espíritu, y Jesús nos ayudará y levantará bandera contra él. El padre de la mentira tiembla cuando la verdad de Dios, con poder ardiente, le es arrojada a la cara.

Un mal rasgo de carácter, el albergar un deseo pecaminoso, neutralizará con el tiempo todo el poder del Evangelio. . . Los dolores del deber y los placeres del pecado son las cuerdas con las cuales Satanás enlaza a los hombres en sus trampas. Los que estén dispuestos a morir antes que cometer un acto malo, serán los únicos a quienes se considerará fieles. 81

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

miércoles, marzo 12, 2008

Preparados para el Cielo-LA SALUD FÍSICA Y EL PENSAMIENTO NOBLE

Preparados para el Cielo - 13 de marzo

LA SALUD FÍSICA Y EL PENSAMIENTO NOBLE

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma. (1 Ped. 2: 11).

Muchos consideran que este versículo es sólo una amonestación contra la conducta licenciosa; pero tiene un sentido más amplio. Prohibe toda complacencia perjudicial del apetito o la pasión. Todo apetito pervertido se transforma en una concupiscencia agresiva. Recibimos el apetito con un buen propósito, no para que se convirtiera en ministro de muerte al pervertirse, y degenerar de ese modo en "deseos carnales que batallan contra el alma". La amonestación de Pedro es una advertencia bien directa y enérgica contra el empleo de estimulantes y narcóticos. Estas complacencias se pueden clasificar muy bien entre las concupiscencias que ejercen una influencia perniciosa sobre el carácter moral.

Los que profesan piedad no consideren con indiferencia la salud del cuerpo, ni se engañen con la idea de que la intemperancia no es pecado y que no ha de afectar a su espiritualidad. Existe una íntima relación entre la naturaleza física y la moral. La norma de la virtud se eleva o se degrada según sean los hábitos físicos. El consumo excesivo de los mejores alimentos producirá morbosidad en los sentimientos morales. Y si los alimentos no son de los más saludables, los efectos serán más perjudiciales todavía. Todo hábito que no promueva el funcionamiento saludable del organismo humano, degrada las facultades más elevadas y nobles. Los hábitos equivocados referentes a la bebida y la comida, inducen a error en el pensamiento y la acción. La complacencia del apetito fortalece las inclinaciones animales, dándoles la supremacía sobre las facultades mentales y espirituales.

La fuerza de la tentación a complacer el apetito puede ser comprendida sólo cuando se recuerda la inexpresable angustia de nuestro Redentor durante su largo ayuno en el desierto. El sabía que la complacencia del apetito pervertido amortecería tanto las percepciones del hombre, que éste no podría discernir las cosas sagradas. Adán cayó por la satisfacción del apetito; Cristo venció por la negación del apetito, y nuestra única esperanza de recuperar el Edén es por medio de un firme dominio propio. 80

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

martes, marzo 11, 2008

Preparados para el Cielo-MODELADOS EN EL TALLER DEL SEÑOR

Preparados para el Cielo - 12 de marzo

MODELADOS EN EL TALLER DEL SEÑOR

¿O Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo. (1 Cor. 6: 19, 20).

No nos pertenecemos. Hemos sido comprados a un precio elevado, a saber, los sufrimientos y la muerte del Hijo de Dios. Si pudiésemos comprender plenamente esto, sentiríamos que pesa sobre nosotros la gran responsabilidad de mantenernos en la mejor condición de salud, a fin de prestar a Dios un servicio perfecto. . .

Creemos sin duda alguna que Cristo va a venir pronto. Esto no es una fábula para nosotros; es una realidad. No tenemos la menor duda, ni la hemos tenido durante años, de que las doctrinas que sostenemos son la verdad presente, y que nos estamos acercando al juicio. Nos estamos preparando para encontrar a Aquel que aparecerá en las nubes de los cielos escoltado por una hueste de santos ángeles, para dar a los fieles y justos el toque final de la inmortalidad. Cuando él venga, no lo hará para limpiarnos de nuestros pecados, quitarnos los defectos de carácter o curarnos de las flaquezas de nuestro temperamento y disposición. Si es que ha de realizar en nosotros esta obra, se hará antes de aquel tiempo.

Cuando venga el Señor, los que son santos seguirán siendo santos. Los que han conservado su cuerpo y espíritu en pureza, santificación y honra, recibirán el toque final de la inmortalidad. Pero los que son injustos, inmundos y no santificados, permanecerán así para siempre. No se hará en su favor ninguna obra que elimine sus defectos y les dé un carácter santo. El Refinador no se sentará entonces para proseguir su proceso de refinación y quitar sus pecados y su corrupción. Todo esto debe hacerse en las horas del tiempo de gracia. Ahora debe realizarse esta obra en nosotros. . .

Estamos ahora en el taller de Dios. Muchos de nosotros somos piedras toscas de la cantera. Pero cuando echamos mano de la verdad de Dios, su influencia nos afecta. Nos eleva, y elimina de nosotros toda imperfección y pecado, cualquiera que sea su naturaleza. Así quedamos preparados para ver al Rey en su hermosura y unirnos finalmente con los ángeles puros y santos, en el reino de gloria. 79

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

lunes, marzo 10, 2008

Preparados para el Cielo-GOZO EN LA OBEDIENCIA

Preparados para el Cielo - 11 de marzo

GOZO EN LA OBEDIENCIA

He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia. (Sal. 119: 174).

El verdadero cristiano jamás se queja de que el yugo de Cristo le produce escozor en el cuello. Considera que servir al Maestro constituye la más genuina libertad. La ley de Dios es su delicia. En lugar de procurar rebajar la norma de los mandamientos divinos para acomodarla a sus propias deficiencias, se esfuerza constantemente por elevar su nivel de perfección.

Esta debe ser nuestra experiencia si queremos estar preparados para el día de Dios. Ahora, mientras dura el tiempo de prueba y aún se oye la voz de la misericordia, debemos abandonar nuestros pecados. . .

Dios ha hecho amplia provisión para que podamos estar en pie, perfectos, mediante su gracia, para que nada nos falte mientras esperamos la aparición de nuestro Señor. ¿Estáis listos? ¿Os habéis puesto el vestido de boda? Ese vestido jamás cubrirá el engaño, la impureza, la corrupción o la hipocresía. El ojo de Dios está sobre vosotros. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Podemos esconder nuestros pecados de los ojos de los hombres, pero no podemos ocultarle nada a nuestro Hacedor.

Ni siquiera a su propio Hijo libró Dios, sino que lo entregó para que muriese por nuestras culpas y lo resucitó para nuestra justificación. Por medio de Cristo podemos presentar nuestras peticiones ante el trono de la gracia. Por su intermedio podemos, a pesar de nuestra indignidad, obtener todas las bendiciones espirituales. ¿Iremos a él, para que tengamos vida?

La voluntad de Dios se expresa en los preceptos de su sagrada ley, y los principios de esta ley son los principios del cielo. Los ángeles que allí residen no alcanzan conocimiento más alto que el saber la voluntad de Dios, y el hacer esa voluntad es el servicio más alto en que puedan ocupar sus facultades.

En el cielo no se sirve con espíritu legalista. Cuando Satanás se reveló contra la ley de Jehová, la noción de que había una ley sorprendió a los ángeles casi como algo en que no habían soñado antes. En su ministerio, los ángeles no son como siervos, sino como hijos. Hay perfecta unidad entre ellos y su Creador. La obediencia no es trabajo penoso para ellos. El amor a Dios hace de su servicio un gozo. 78

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

domingo, marzo 09, 2008

Preparados para el Cielo-SE REQUIEREN VESTIDURAS BLANCAS

Preparados para el Cielo - 10 de marzo

SE REQUIEREN VESTIDURAS BLANCAS

Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? (Mat. 22: 11, 12).

El vestido de boda de la parábola representa el carácter puro y sin mancha que poseerán los verdaderos seguidores de Cristo. A la iglesia "se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente", "que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante". El lino fino, dice la Escritura, "es las acciones justas de los santos" (Apoc. 19: 8; Efe. 5: 27). Es la justicia de Cristo, su propio carácter sin mancha, que por la fe se imparte a todos los que lo reciben como Salvador personal.

La ropa blanca de la inocencia era llevada por nuestros primeros padres cuando fueron colocados por Dios en el santo Edén. . . Pero cuando entró el pecado, rompieron su relación con Dios, y la luz que los había circuido se apartó . . .

El hombre no puede idear nada que pueda ocupar el lugar de su perdido manto de inocencia. . . Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente. "Yo te aconsejo -dice él- que de mí compres. . . vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez" (Apoc. 3: 18).

Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana. Cristo, en su humanidad, desarrolló un carácter perfecto, y ofrece impartimos a nosotros este carácter. "Todas nuestras justicias [son] como trapos de inmundicia" (Isa. 64: 6). Todo cuanto podamos hacer por nosotros mismos está manchado por el pecado. Pero el Hijo de Dios "apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en el" (1 Juan 3: 5). . . Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de su justicia. Entonces, cuando el Señor nos contempla, él ve no el vestido de hojas de higuera, no la desnudez y deformidad del pecado, sino su propia ropa de justicia. 77

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

sábado, marzo 08, 2008

Preparados para el Cielo-LA MEDITACIÓN MAS EXCELSA

Preparados para el Cielo - 9 de marzo

LA MEDITACIÓN MAS EXCELSA

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. (1 Juan 3: 1).

¡Qué amor, qué amor incomparable, que nosotros, pecadores y extranjeros, podamos ser llevados de nuevo a Dios y adoptados en su familia! Podemos dirigirnos a él con el nombre cariñoso de "Padre nuestro". . .

Todo el amor paterno que se haya transmitido de generación a generación por medio de los corazones humanos, todos los manantiales de ternura que se hayan abierto en las almas de los hombres, son tan sólo como una gota del ilimitado océano, cuando se comparan con el amor infinito e inagotable de Dios. La lengua no lo puede expresar, la pluma no lo puede describir. Podéis meditar en él cada día de vuestra vida; podéis escudriñar las Escrituras diligentemente a fin de comprenderlo; podéis dedicar toda facultad y capacidad que Dios os ha dado al esfuerzo de comprender el amor y la compasión del Padre celestial; y aun queda su carácter infinito. Podéis estudiar este amor durante siglos, sin comprender nunca plenamente la longitud y la anchura, la profundidad y la altura del amor de Dios al dar a su Hijo para que muriese por el mundo. La eternidad misma no lo revelará nunca plenamente.

Sin embargo, cuando estudiemos la Biblia y meditemos en la vida de Cristo y el plan de redención, estos grandes temas se revelarán más y más a nuestro entendimiento.

Cristo vino para revelar a Dios al mundo como un Dios de amor, lleno de misericordia, ternura y compasión.

Sería bueno que dedicásemos una hora de meditación cada día para repasar la vida de Cristo desde el pesebre hasta el Calvario. Debemos considerarla punto por punto, y dejar que la imaginación capte vívidamente cada escena, especialmente las finales de su vida terrenal. Al contemplar así sus enseñanzas y sus sufrimientos, y el sacrificio infinito que hizo para la salvación de la familia humana, podemos fortalecer nuestra fe, vivificar nuestro amor, compenetrarnos más profundamente del espíritu que sostuvo a nuestro Salvador.

Si queremos ser salvos al fin, debemos aprender todos, al pie de la cruz, la lección de penitencia y fe. . . Todo lo noble y generoso que hay en el hombre responderá a la contemplación de Cristo en la cruz. 76

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

Preparados para el Cielo-CONOZCAMOS MEJOR A DIOS

Preparados para el Cielo - 8 de marzo

CONOZCAMOS MEJOR A DIOS

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. (Juan 17: 3).

Sólo si conocemos a Dios aquí podemos prepararnos para salir a su encuentro cuando venga. . . Pero muchos de los que profesan creer en Cristo no conocen a Dios. Su religión es meramente superficial. No aman a Dios; no estudian su carácter; por lo tanto, no saben cómo confiar, cómo mirar y vivir. No saben lo que es el amor que confía, o lo que significa avanzar por fe. No aprecian ni aprovechan las oportunidades de escuchar y recibir los mensajes del amor de Dios. No pueden comprender que tienen el deber de recibir, para poder enriquecer a los demás.

La sabiduría del mundo no logra conocer a Dios. Muchos han hablado con elocuencia acerca de él, pero sus razonamientos no acercan a los hombres a Dios, porque ellos mismos no tienen una relación vital con él. Al pretender ser sabios, llegan a ser insensatos. Su conocimiento de Dios es imperfecto. No concuerdan con él.

No podemos descubrir a Dios mediante la investigación. Pero él se ha revelado en su Hijo, que es el resplandor de la gloria del Padre y la expresa imagen de su persona. Si deseamos un conocimiento de Dios, debemos ser como Cristo. . . El vivir una vida pura por fe en Cristo como Salvador personal, llevará al creyente a un concepto más claro y elevado de Dios.

Cristo es una perfecta revelación de Dios. "A Dios nadie le vio jamás -dice él-; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Juan 1:18). Sólo si conocemos a Cristo podremos conocer a Dios. Y a medida que lo contemplemos, seremos transformados a su imagen, preparados para salir a su encuentro cuando venga. . .

Ahora es el tiempo de preparación para la venida de nuestro Señor. La preparación para salir a su encuentro no se obtiene en un momento. Como preparación para esa solemne escena debe haber espera y vigilancia, combinadas con ferviente trabajo. Así los hijos de Dios lo glorifican. En medio de las activas escenas de la vida, se escucharán sus voces con palabras de ánimo, esperanza y fe. Todo lo que tienen y son está consagrado al servicio del Maestro. Así se preparan para salir al encuentro de su Señor. 75

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

viernes, marzo 07, 2008

Preparados para el Cielo-CIUDADANOS DEL REINO

Preparados para el Cielo - 7 de marzo

CIUDADANOS DEL REINO

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. (Efe. 2: 19).

Jesús dice: "He aquí yo vengo pronto" (Apoc. 22: 12). Debemos tener siempre presentes estas palabras, y obrar como quienes creen de veras que la venida del Señor se acerca, y que somos peregrinos y advenedizos en la tierra.

Debemos aprovechar diligentemente todo medio de gracia para que el amor de Dios abunde más y más en el alma, "para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia" (Fil. 1: 10, 11). Vuestra vida cristiana debe asumir formas vigorosas y robustas. Podéis alcanzar la alta norma que se os presenta en las Escrituras, y debéis hacerlo si queréis ser hijos de Dios. No podéis permanecer quietos; debéis avanzar o retroceder. . .

¿Queréis tener un crecimiento cristiano raquítico, o queréis hacer sanos progresos en la vida divina? Donde hay salud espiritual hay crecimiento. El hijo de Dios crece hasta la plena estatura de un hombre o una mujer en Cristo. No hay limite para su mejoramiento.

Algunas personas que deberían ser fuertes y estar bien cimentadas en Cristo, son como bebés en lo que se refiere al entendimiento y el conocimiento experimental de las obras del Espíritu de Dios. Después de muchos años de experiencia, apenas llegan a poseer las primeras nociones de ese gran sistema de fe y doctrina que constituye la religión cristiana. No comprenden en qué consiste la perfección del carácter que recibirá esta elogiosa aprobación: "Bien hecho". . .

Tenemos que ganar grandes victorias, o perder el cielo. El corazón carnal debe ser crucificado; porque tiende hacia la corrupción moral, y el fin de ella es la muerte. . . Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo, con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con nueva vida, restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y sensual a una sanidad espiritual. Así llegaréis a ser participantes de la naturaleza divina. . . y en vuestras almas se reflejará la imagen de Aquel por cuyas heridas somos sanados. 74

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

jueves, marzo 06, 2008

Preparados para el Cielo-GUSTAD VOSOTROS MISMOS

Preparados para el Cielo - 7 de marzo

GUSTAD VOSOTROS MISMOS

Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él. (Sal. 34: 8).

¿Cómo podemos conocer por nosotros mismos la bondad y el amor de Dios? El salmista no nos dice: "Oye y sabe, lee y sabe, cree y sabe", sino: "Gustad, y ved que es bueno Jehová". En lugar de apoyaros en palabras ajenas, gustad vosotros mismos.

La experiencia es el conocimiento que resulta de lo que uno prueba. Lo que se necesita ahora es religión experimental. . . Algunos -sí, muchos- tienen un conocimiento teórico de la verdad religiosa, pero jamás han experimentado el poder renovador de la gracia divina en sus corazones. Creen en la ira de Dios, pero no hacen esfuerzos fervientes para huir de ella. Creen en el cielo, pero no hacen ningún sacrificio para obtenerlo. . . Saben cuál es el remedio del pecado, pero no lo usan. Saben lo que es recto, pero no tienen inclinación por ello. Todo su conocimiento no hará más que aumentar su condenación. Jamás han gustado ni sabido por experiencia que Dios es bueno.

Llegar a ser discípulos de Cristo implica negar el yo y seguir a Jesús, sin importarnos si esto nos va a dar buena o mala reputación. . . Toda complacencia acariciada, que estorbe nuestra vida religiosa, debe ser eliminada. El precio de la vida eterna es infinito. ¿Haremos esfuerzos y sacrificios proporcionados al valor del propósito que queremos alcanzar?

Toda relación que entablemos, por limitada que sea, ejerce alguna influencia sobre nosotros. La amplitud de nuestro sometimiento a esa influencia estará determinada por el grado de intimidad, la constancia de la relación y el temor y la veneración que manifestemos hacia esa persona. De la misma manera, mediante el conocimiento y la relación con Cristo llegaremos a ser semejantes a él, el Ejemplo intachable.

¡Cuán inexpresablemente preciosa es la comunión con Cristo! Tenemos el privilegio de gozar de esa comunión si la buscamos y hacemos cualquier sacrificio para obtenerla.

Así, pues, cada cual puede, mediante su propia experiencia, atestiguar "que Dios es veraz" (Juan 3: 33). . . Podemos dar este testimonio: "Necesitaba ayuda, y la encontré en Jesús. Suplió todas mis necesidades, satisfizo el hambre de mi alma. . . Creo en Jesús porque para mí es un Salvador divino". 73

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

miércoles, marzo 05, 2008

Preparados para el Cielo-CRISTO, EL ÚNICO SALVADOR

Preparados para el Cielo - 6 de marzo

CRISTO, EL ÚNICO SALVADOR

El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. (Col. 1: 13, 14).

No importa quiénes seáis, o qué haya sido vuestra vida, sólo podéis ser salvos de acuerdo con el método señalado por Dios. Debéis arrepentiros; debéis caer desvalidos sobre la Roca, Cristo Jesús. Debéis sentir necesidad de un médico y del único remedio para el pecado: La sangre de Cristo. Este remedio sólo se puede obtener mediante arrepentimiento ante Dios y fe en nuestro Señor Jesucristo . . . La sangre de Cristo sólo tendrá valor para los que sientan necesidad de su poder purificador.

¡Qué amor supremo y qué condescendencia, que cuando no merecíamos en absoluto la misericordia divina, Cristo estuvo dispuesto a realizar nuestra redención! Pero nuestro gran Médico requiere de cada alma sumisión absoluta. Nunca debemos extender una receta para nuestro propio mal. Cristo debe disponer plenamente de la voluntad y de la acción. . .

Podemos vanagloriarnos. . . de que nuestro carácter moral ha sido correcto y que no necesitamos humillarnos delante de Dios como los pecadores comunes, pero debemos estar contentos de poder entrar en la vida en la misma forma que el principal de los pecadores. Debemos renunciar a nuestra propia justicia y rogar que se nos impute la de Cristo. Debemos depender totalmente de Jesús para recibir fortaleza. El yo debe morir. Debemos reconocer que todo lo que tenemos procede de las sobreabundantes riquezas de la gracia divina. El lenguaje de nuestros corazones debe ser: "No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad" (Sal. 115: 1).

El amor sigue a la fe genuina, y la obediencia al amor. Todas las facultades y pasiones del hombre convertido quedan bajo el dominio de Cristo. Su Espíritu es un poder renovador, que transforma de acuerdo con la imagen divina a todos los que lo reciben. . .

"Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" (1 Juan 3: 9). Comprende que ha sido comprado por la sangre de Cristo y que está comprometido por los votos más solemnes a glorificar a Dios en su cuerpo y en su espíritu, que son del Señor. El amor al pecado y al yo están subyugados en él. 72

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)


 

martes, marzo 04, 2008

Preparados para el Cielo-LA PERLA INMACULADA

Preparados para el Cielo - 5 de marzo

LA PERLA INMACULADA

También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. (Mat. 13: 45, 46).

Cristo mismo es la perla de gran precio. . . La justicia de Cristo, cual pura y blanca perla, no tiene defecto ni mancha. Ninguna obra humana puede mejorar el grande y precioso don de Dios. Es perfecto. En Cristo "están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Col. 2: 3). El "nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención" (1 Cor. 1: 30). Todo lo que puede satisfacer las necesidades y los anhelos del alma humana, para este mundo y para el mundo venidero, se halla en Cristo. Nuestro Redentor es una perla tan preciosa que en comparación con ella todas las demás cosas pueden reputarse como pérdida. . .

En la parábola, la perla no es presentada como dádiva. El tratante la compró a cambio de todo lo que tenía. Muchos objetan el significado de esto, puesto que Cristo es presentado en las Escrituras como un don. Él es un don, pero únicamente para aquellas que se entregan a él sin reservas, en alma, cuerpo y espíritu. Hemos de entregarnos a Cristo para vivir una vida de voluntaria obediencia a todos sus requerimientos. Todo lo que somos, todos los talentos y facultades que poseemos son del Señor, para ser consagrados a su servicio. Cuando de esta suerte nos entregamos por completo a él, Cristo, con todos los tesoros del cielo, se da a sí mismo a nosotros. Obtenemos la perla de gran precio. . . En el mercado administrado por la misericordia divina, la perla preciosa se representa vendiéndose sin dinero y sin precio. En este mercado, todos pueden obtener las mercancías del cielo. La tesorería que guarda las joyas de la verdad está abierta para todos. . . La voz del Salvador nos invita con amor fervoroso: "Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico" (Apoc. 3: 18). . .

El más pobre es tan capaz de comprar la salvación como el más rico; porque no se puede conseguir por ninguna cantidad de riqueza mundanal. La obtenemos por una obediencia voluntaria, entregándonos a Cristo como su propia posesión comprada. . .

No podemos ganar la salvación, pero debemos buscarla con tanto interés y perseverancia como si abandonáramos todas las cosas del mundo por ella. 71

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

lunes, marzo 03, 2008

Preparados para el Cielo-LO MÁS IMPORTANTE DE LA VIDA

Preparados para el Cielo - 4 de marzo

LO MÁS IMPORTANTE DE LA VIDA

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mat. 6: 33).

Este es el primer gran propósito: El reino de los cielos, la justicia de Cristo. Todos los otros propósitos que debemos alcanzar deben ocupar un lugar secundario.

Satanás presentará como difícil la senda de la santidad, mientras los senderos del placer mundanal están tapizados de flores. El tentador desplegará el mundo con sus placeres delante de vosotros, con colores falsos y lisonjeros. La vanidad es uno de los rasgos más fuertes de nuestra naturaleza depravada, y él sabe que puede recurrir a ella con éxito. Os va a adular por medio de sus instrumentos. Recibiréis alabanza que agradará vuestra vanidad y fomentará vuestro orgullo y estima propia, para que penséis que con semejantes ventajas y atractivos es realmente una gran lástima que salgáis del mundo y os separéis de él para convertiros en cristianos. . . Pero considerad que los placeres de la tierra terminarán, y que también cosecharéis lo que sembráis. ¿Son vuestros atractivos personales, vuestra habilidad o vuestros talentos, demasiado valiosos para dedicarlos a Dios, el Autor de vuestro ser, el que os cuida a cada momento? ¿Son vuestras cualidades demasiado preciosas para consagrarlas al Señor?

Los jóvenes insisten en que necesitan algo para avivar y divertir la mente. Descubrí que hay placer en la actividad productiva, que hay satisfacción en una vida dedicada a la utilidad. Pero hay quienes insisten todavía en que deben tener algo. . . hacia lo cual pueda volverse la mente en busca de alivio y refrigerio, en medio de los cuidados y la fatigosa labor. Lo que se necesita precisamente es la esperanza cristiana. La religión demostrará al creyente que es consoladora, una guía segura hacia la Fuente de la verdadera felicidad. Los jóvenes debieran estudiar la Palabra de Dios y dedicarse a la meditación y la oración, y descubrirán que no pueden emplear de mejor manera sus momentos libres. Jóvenes amigos, debéis dedicar tiempo a probaros a vosotros mismos, a ver si permanecéis en el amor de Dios. Sed diligentes, para aseguraros de vuestra vocación y elección.

Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia. Haced de esto lo primero y lo último. 70

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)

domingo, marzo 02, 2008

Preparados para el Cielo-VIDA NUEVA

Preparados para el Cielo - 2 de marzo

VIDA NUEVA

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. . . Os es necesario nacer de nuevo. (Juan 3: 5, 7).

El que está tratando de alcanzar el cielo por sus propias obras observando la ley, está intentando lo imposible. No hay seguridad para el que tenga sólo una religión legal, sólo una forma de la piedad. La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza. Se produce una muerte al yo y al pecado, y una vida enteramente nueva. Este cambio puede ser efectuado únicamente por la obra eficaz del Espíritu Santo. . .

Puede ser que una persona no pueda decir exactamente la ocasión ni el lugar en que se convirtió, ni distinguir todas las circunstancias de su conversión; pero esto no significa que no se haya convertido. Mediante un agente tan invisible como el viento, Cristo obra constantemente en el corazón. Poco a poco, tal vez inconscientemente para quien las recibe, se hacen impresiones que tienden a atraer el alma a Cristo. . . Repentinamente, al presentar el Espíritu un llamamiento más directo, el alma se entrega gozosamente a Jesús. Muchos llaman a esto conversión repentina; pero es el resultado de una larga intercesión del Espíritu de Dios; es una obra paciente y larga.

Aunque el viento mismo es invisible, produce efectos que se ven y sienten. Así también la obra del Espíritu en el alma se revelará en toda acción de quien haya sentido su poder salvador. Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz, reemplazan a la ira, la envidia y las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz del cielo. Nadie ve la mano que alza la carga, ni contempla la luz que desciende de los atrios Celestiales. La bendición viene cuando por la fe el alma se entrega a Dios, Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de Dios.

Es imposible para las mentes finitas comprender la obra de la redención. Su misterio supera al conocimiento humano; sin embargo, el que pasa de muerte a vida comprende que es una realidad divina. 69

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20

Preparados para el Cielo REMEDIO PARA LA ENFERMEDAD DEL PECADO

Preparados para el Cielo - 2 de marzo

REMEDIO PARA LA ENFERMEDAD DEL PECADO

Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. (Isa. 1: 5, 6).

Hay un remedio para el alma enferma de pecado. Ese remedio está en Jesús. ¡Precioso Salvador! Su gracia basta para los más débiles; y los más fuertes deben recibir también su gracia o perecer.

Vi cómo se puede obtener esta gracia. Id a vuestra cámara, y allí a solas, suplicad a Dios: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí" (Sal. 51: 10). Tened fervor y sinceridad. . . Como Jacob luchad en oración. Agonizad. En el huerto Jesús sudó grandes gotas de sangre; pero habéis de hacer un esfuerzo. . .

No permita Dios que yo deje de amonestaros. Jóvenes amigos, buscad al Señor de todo corazón. Acudid a él con celo, y cuando sintáis sinceramente que sin la ayuda de Dios habríais de perecer, cuando le anheléis a él como el ciervo anhela las corrientes de agua, entonces el Señor os fortalecerá prestamente. Entonces vuestra paz sobrepujará todo entendimiento. Si esperáis la salvación, debéis orar. Tomad tiempo para ello. No os apresuréis ni seáis negligentes en vuestras oraciones. Rogad a Dios que obre en vosotros una reforma cabal, para que los frutos de su Espíritu moren en vosotros y permanezcáis como luminarias en el mundo. No seáis un estorbo ni una maldición. ¿Os dice Satanás que no podéis disfrutar de la salvación, plena y gratuitamente? No le creáis. Vi que es privilegio de todo cristiano gozar de las profundas emociones del Espíritu de Dios. Una paz dulce y celestial invadirá la mente y os deleitaréis en meditar en Dios y en el cielo. Os regocijarán las gloriosas promesas de su Palabra. . .

Si los que profesan ser cristianos aman más a Jesús que al mundo, se deleitarán al hablar de él como de su mejor amigo, en quien concentran los más caros afectos. El acudió en su auxilio cuando ellos se sintieron perdidos y a punto de perecer. Cuando estaban cansados y agobiados por el pecado, se volvieron hacia él. Él quitó su carga de la culpabilidad del pecado. . . y desvió toda la corriente de sus afectos. Aborrecen ahora las cosas que una vez amaron, y aman las cosas que aborrecían. 68

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)