viernes, abril 04, 2008

Anunciad su Venida-ENSEÑANDO DE CASA EN CASA

Anunciad su Venida - 5 de abril

ENSEÑANDO DE CASA EN CASA

Nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas. (Hech. 20: 20).

Los miembros de nuestras iglesias deben hacer más trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos y repartiendo impresos. . . Al sembrar junto a todas las aguas, experimentaremos que "el que siembra generosamente, generosamente también segará" (2 Cor. 9: 6).

El ejemplo de Cristo debe ser seguido por los que dicen ser sus hijos. Socorred a los desvalidos, su agradecimiento derribará las barreras y os permitirá alcanzar su corazón. . .

Las mujeres, tanto como los hombres, pueden sembrar la verdad. . . Pueden realizar en las familias una obra que los hombres no pueden hacer, una obra que penetra hasta la vida interior. Pueden acercarse a los corazones de personas a las cuales los hombres no pueden alcanzar. su cooperación es necesaria. Las mujeres discretas y humildes pueden hacer una obra buena al explicar la verdad en los hogares. Así explicada, la Palabra de Dios obrará como una levadura, y familias enteras serán convertidas. . .

En el círculo de la familia, en el hogar de vuestro vecino, a la cabecera del enfermo, podéis con serenidad leer las Escrituras y decir una palabra en favor de Jesús y de la verdad. Así será sembrada la preciosa semilla que. . . brotará y dará fruto.

Debe hacerse obra misionera en muchos lugares que aparentemente prometen poco resultado. El espíritu misionero debe posesionarse de nuestras almas e impulsarnos a alcanzar cierta clase de personas en las que no habíamos pensado, y a trabajar en lugares y con recursos que no hubiésemos imaginado siquiera. El Señor tiene su plan para esparcir la semilla del Evangelio. Sembrando según su voluntad, multiplicaremos la semilla en tales proporciones que su Palabra podrá alcanzar a millones de personas que aún no han oído la verdad.

Miríadas y miríadas de ángeles están listos para colaborar con los miembros de nuestras iglesias para comunicar la luz que Dios impartió generosamente para preparar a un pueblo para la venida de Jesús.

Nuestras hermanas, las jóvenes, las de edad madura y las ancianas, pueden desempeñar una parte en la terminación de la obra para este tiempo; y al hacerlo, a medida que tienen oportunidad, obtendrán una experiencia del valor mas alto. Al olvidarse del yo crecerán en la gracia. 103

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE YA; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)