jueves, marzo 13, 2008

Preparados para el Cielo-LA SIEMBRA Y LA COSECHA DE LA VIDA

Preparados para el Cielo - 14 de marzo

LA SIEMBRA Y LA COSECHA DE LA VIDA

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio Invocan al Señor. (2 Tim. 2: 22).

Un poco de tiempo dedicado a la siembra de malezas, queridos jóvenes, producirá una cosecha que os amargará toda la vida; una hora de atolondramiento, ceder una vez a la tentación, pueden desviar toda la corriente de la vida en dirección equivocada. Sólo podéis tener una juventud; haced que sea útil. Una vez que hayáis pasado por ese terreno, nunca más podréis regresar para rectificar vuestros errores. . .

Satanás. . . se transforma en ángel de luz y se acerca a los jóvenes con sus tentaciones engañosas y logra apartarlos, paso a paso, de la senda del deber. Se lo presenta como acusador, engañador, mentiroso, torturador y asesino. . . Satanás puede tentaros; pero de vosotros depende si vais a ceder o no. Toda la hueste de Satanás carece de poder para obligar al tentado a desobedecer. No hay excusa para el pecado.

La tentación no es pecado. Jesús era santo y puro; sin embargo fue tentado en todo como nosotros, pero con una fuerza y un poder que nunca el hombre tendrá que soportar. En su resistencia triunfante, nos ha dejado un hermoso ejemplo, a fin de que sigamos sus pisadas. Si tenemos confianza en nosotros mismos y nos consideramos justos, se nos dejará caer bajo el poder de la tentación; pero si miramos a Jesús y confiamos en él, invocaremos en nuestra ayuda un poder que ha vencido al enemigo en el campo de batalla, y con toda tentación nos dará una vía de salida. Cuando Satanás viene como una inundación, debemos arrostrar sus tentaciones con la espada del Espíritu, y Jesús nos ayudará y levantará bandera contra él. El padre de la mentira tiembla cuando la verdad de Dios, con poder ardiente, le es arrojada a la cara.

Un mal rasgo de carácter, el albergar un deseo pecaminoso, neutralizará con el tiempo todo el poder del Evangelio. . . Los dolores del deber y los placeres del pecado son las cuerdas con las cuales Satanás enlaza a los hombres en sus trampas. Los que estén dispuestos a morir antes que cometer un acto malo, serán los únicos a quienes se considerará fieles. 81

¡HE AQUI EL SEÑOR VIENE; SALID A RECIBIDLE! - ¡VEN, SEÑOR JESUS! (Mat. 25: 6; Ap. 22: 20)