lunes, junio 27, 2005

¡MARANATA: EL SEÑOR VIENE! - (Domingo, 26 de Junio)

Acontecimientos previos
ALIVIO DEL SUFRIMIENTO FÍSICO

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. (Mat. 10: 7, 8).
Tiempos peligrosos nos esperan. Todo el mundo será envuelto en perplejidad y angustia; enfermedades de todas clases se manifestarán en el seno de la familia humana, y la ignorancia que prevalece actualmente acerca de las leyes de la salud producirá gran sufrimiento y la pérdida de muchas vidas que podrían haberse salvado. . .
A medida que la agresión religiosa destruya las libertades de nuestra nación, los que abogan por la libertad de conciencia quedarán en posición desfavorable. Por su propio bien, mientras tienen oportunidad, debieran adquirir conocimientos con respecto a las enfermedades, sus causas, su prevención y su curación. Y los que lo hagan tendrán oportunidad de trabajar en todas partes. Habrá pacientes en abundancia que necesitarán ayuda, no sólo entre los de nuestra fe, sino más aún entre los que no conocen la verdad.
La obra médica hecha en relación con la predicación del mensaje del tercer ángel, ha de producir resultados maravillosos. Debe ser una obra santificadora y unificadora, en consonancia con la obra que el gran Jefe de la iglesia encargó a sus primeros discípulos.
Al reunir a esos discípulos, Cristo les dio su comisión: . . . "Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia". "He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas" (Mat. 10: 7, 8, 16).
Es bueno que leamos este capítulo a fin de que sus instrucciones nos preparen para nuestras labores. Los primeros discípulos estaban saliendo para cumplir el mandato de Cristo, de acuerdo con su cometido. Su Espíritu les iba a preparar el camino. Debían comprender que con semejante mensaje que dar y semejantes bendiciones que impartir, serían bienvenidos en los hogares de la gente.
Dios alcanza los corazones mediante el alivio del sufrimiento físico. Se deja caer una semilla de verdad en la mente, que es regada por Dios. Se necesitará tal vez mucha paciencia antes que esta semilla dé señales de vida, pero finalmente brotará y llevará fruto para vida eterna. 184